El joven está acusado de introducirse sin autorización en los sistemas informatizados de instituciones de EEUU y de causar daños estimados en unos dos millones de dólares (casi un millón y medio de euros).
Los fiscales han establecido que entre noviembre del 2005 y septiembre del 2006, Víctor Faur, que es como se llama el joven, accedió repetidamente a los sistemas de la NASA y al departamento de Energía, entre otros.
El pirata dice que se trató de un juego
Una vez dentro de estos sistemas informáticos, Faur descargaba en ellos programas que luego instaló y configuró para obtener el acceso en otros sistemas de la red.
Las autoridades rumanas iniciaron la investigación como consecuencia de la queja presentada por la NASA y el departamento de Energía y la Marina de EEUU.
Faur sostiene que no tuvo ninguna intención de perjudicar a las instituciones de EEUU y que todo fue un juego para probar su capacidad de acceder en los sistemas informáticos más seguros del mundo.
Noticia publicada en El Peródico (España)