Imagina una piel artificial tan sensible y versátil como la piel humana. Capaz de sentir el calor, la presión, la humedad e incluso detectar daños. Esta es una realidad cada vez más cercana con potenciales aplicaciones prácticas.
Gracias a una innovadora tecnología desarrollada por David Hardman y su equipo. Han creado una “piel” suave y flexible equipada con tomografía de impedancia eléctrica (EIT) de alta densidad, lo que le permite estructurar información multimodal de una sola capa. En términos más sencillos, es como darle a un robot la capacidad de “sentir” el mundo de una manera completamente nueva y más compleja.
¿Qué es la tomografía de impedancia eléctrica (EIT)?
Para entender esta piel, primero necesitamos saber un poco sobre la EIT. Piensa en ella como una especie de escáner que, en lugar de usar rayos X, usa pequeñas corrientes eléctricas. Al enviar una corriente a través de un material y medir cómo cambia, podemos crear una imagen de lo que hay dentro. Es como si pudieras “ver” la conductividad eléctrica de un objeto. En el caso de esta piel, los investigadores la utilizan para detectar cambios en la conductividad del material cuando se aplica una fuerza, temperatura o humedad.
La piel desarrollada por Hardman y sus colegas es especial porque puede manejar diferentes tipos de información al mismo tiempo. Esto se conoce como “multimodalidad”. Nuestra propia piel es multimodal; puede sentir la temperatura, la presión, la vibración y el dolor, todo a la vez. Hasta ahora, las pieles artificiales solían ser buenas en una o dos de estas cosas, pero no en todas. Esta nueva piel, sin embargo, puede detectar simultáneamente:
- Toque conductivo: Cuando un objeto que conduce la electricidad toca la piel.
- Presión plástica: Cuando un objeto no conductor presiona la piel.
- Fusión: Cambios en la conductividad debido al calor.
- Humedad: Variaciones en el entorno.
- Daño: Roturas o cortes en la piel.
- Propiocepción: La capacidad de sentir su propia posición y movimiento (como una mano robótica que “sabe” cómo están doblados sus dedos).
Esto se logra gracias a una densa red de “canales de información” dentro de la piel. Piensa en ellos como pequeños nervios que transmiten datos. Cuantos más canales, más detallada es la información que la piel puede recopilar.
¿Cómo funciona esta piel “sensible”?
La piel está hecha de un material blando llamado hidrogel, que es un gel que contiene mucha agua y puede conducir la electricidad. Al incrustar una serie de electrodos alrededor del hidrogel, los investigadores pueden inyectar pequeñas corrientes eléctricas y medir la respuesta. Cuando algo toca la piel, la presión o el tipo de contacto alteran la conductividad del hidrogel. Estos cambios son detectados por los electrodos, y luego un programa de computadora analiza estos datos para determinar qué tipo de estímulo se está aplicando y dónde.
Una de las claves de este avance es la capacidad de la piel para procesar una gran cantidad de datos rápidamente. Los investigadores han desarrollado métodos para “clasificar” y “seleccionar” los canales de información más importantes, lo que les permite hacer predicciones precisas incluso en entornos ruidosos o con condiciones cambiantes. Esto es crucial porque, al igual que nuestra piel, una piel artificial estará constantemente expuesta a variaciones de temperatura y humedad.
Aplicaciones que cambiarán el mundo
Las posibles aplicaciones de esta piel blanda multimodal son vastas y emocionantes. Aquí hay algunas de las más prometedoras:
- Robótica avanzada:
Robots con tacto humano: Imagina robots capaces de realizar tareas delicadas que hoy solo los humanos pueden hacer. Un robot cirujano podría sentir la presión adecuada para manipular órganos frágiles, o un robot de almacén podría distinguir entre diferentes texturas de objetos. Esta piel permitiría a los robots interactuar con el mundo físico de una manera mucho más intuitiva y segura. Podrían manipular objetos con la misma destreza que un humano, adaptándose a su forma, textura y fragilidad.
Interacción segura entre humanos y robots: Los robots con esta piel podrían trabajar de forma más segura junto a los humanos. Si un robot siente que está aplicando demasiada presión o que un objeto se le resbala, podría ajustar su fuerza o agarre. Esto es especialmente importante en entornos de fabricación o en el cuidado de la salud.
- Prótesis y dispositivos médicos:
Prótesis con sensación real: Para las personas con amputaciones, una prótesis equipada con esta piel podría restaurar la sensación de tacto, permitiéndoles sentir la temperatura de una taza de café o la textura de la ropa. Esto mejoraría drásticamente la calidad de vida y la funcionalidad de las prótesis.
Monitoreo de pacientes: La piel se podría integrar en parches o vendajes inteligentes que monitoreen continuamente la presión, la temperatura y la humedad en la piel de un paciente, alertando a los profesionales de la salud sobre posibles úlceras por presión o infecciones.
Interfaces hápticas para realidad virtual y aumentada: Esta piel podría crear experiencias inmersivas al permitir a los usuarios “sentir” objetos virtuales, abriendo nuevas posibilidades en juegos, entrenamiento y telemedicina.
- Ropa y dispositivos inteligentes:
Ropa que siente: Imagina ropa deportiva que monitorea tu temperatura corporal, la humedad y la presión para optimizar tu rendimiento, o ropa para bebés que alerta a los padres sobre cambios en la piel de su hijo.
Dispositivos de seguridad: La piel podría integrarse en guantes o trajes para trabajadores en entornos peligrosos, detectando objetos calientes, fugas de productos químicos o daños estructurales.
- Detección de daños y mantenimiento predictivo:
Infraestructura inteligente: La piel podría recubrir puentes, tuberías o edificios para detectar pequeñas grietas, cambios de temperatura o corrosión antes de que se conviertan en problemas graves. Esto permitiría un mantenimiento predictivo, ahorrando costos y mejorando la seguridad.
Vehículos autónomos: La piel podría usarse en la superficie de automóviles autónomos para detectar pequeños impactos, rasguños o cambios en las condiciones de la carretera, mejorando la seguridad y el conocimiento del entorno del vehículo.
- Salud y bienestar:
Diagnóstico temprano de enfermedades: Al ser tan sensible, la piel podría detectar cambios sutiles en la piel que podrían indicar el inicio de ciertas enfermedades, como problemas circulatorios o infecciones.
Monitoreo del bienestar: La piel podría ser parte de dispositivos portátiles que rastrean constantemente signos vitales y respuestas cutáneas, proporcionando una visión más completa de la salud de un individuo.
Desafíos y futuro
Aunque esta tecnología es increíblemente prometedora, todavía hay desafíos que superar. La fabricación de estas pieles complejas, especialmente en grandes áreas o formas muy intrincadas, puede ser costosa y llevar tiempo. Los investigadores están explorando formas de automatizar y simplificar el proceso de fabricación.
Además, aunque la piel es robusta, la durabilidad a largo plazo en condiciones extremas y el reciclaje de estos materiales también son áreas de investigación importantes. A medida que la tecnología avance y los costos de producción disminuyan, es probable que veamos esta piel blanda y sensible en una amplia gama de productos y aplicaciones que hoy solo podemos imaginar. La visión de David Hardman y su equipo nos acerca un paso más a un futuro donde los robots y los dispositivos electrónicos pueden interactuar con el mundo con la misma delicadeza y conciencia que nosotros.
Con información de Science Robotics

