Estrella TWA-7 y su planeta TWA-7 B. Imagen: NASA, ESA, CSA, Anne-Marie Lagrange (CNRS, UGA), Mahdi Zamani (ESA/Webb)

Un equipo internacional de astrónomos ha anunciado un descubrimiento utilizando la potencia del telescopio espacial James Webb de la NASA: un nuevo planeta que orbita la joven estrella cercana TWA 7.

Este cuerpo celeste, con una masa comparable a la de Saturno, fue detectado gracias a la sensibilidad infrarroja del Webb y, de confirmarse, representaría la primera detección directa de un planeta por este observatorio espacial, además de ser el exoplaneta más ligero jamás observado directamente a través de esta avanzada técnica.

La investigación, que se basa en observaciones realizadas con el Instrumento del Infrarrojo Medio (MIRI) del Webb, reveló una tenue fuente de luz infrarroja inmersa en el disco de escombros que rodea a TWA 7. Los cálculos sitúan este posible planeta a una distancia aproximada de 50 veces la distancia entre la Tierra y el Sol de su estrella anfitriona. Esta ubicación estratégica coincide con las predicciones teóricas de la presencia de un planeta capaz de esculpir las características distintivas observadas en el disco de polvo.

El equipo científico empleó una técnica sofisticada denominada generación de imágenes de alto contraste, utilizando el coronógrafo de MIRI para bloquear la deslumbrante luz de TWA 7 y así exponer los objetos tenues en su vecindad. Tras un minucioso procesamiento de imágenes para eliminar cualquier residuo de luz estelar, la débil señal infrarroja del posible planeta emergió. Los investigadores descartaron rigurosamente la posibilidad de que la fuente fuera un objeto perteneciente a nuestro propio sistema solar o una galaxia distante en el fondo. Aunque una remota posibilidad de esto último persiste, la evidencia actual inclina fuertemente la balanza hacia el descubrimiento de un planeta hasta ahora desconocido.

Sorprendentemente, la fuente de luz se localiza dentro de un espacio entre uno de los tres anillos de polvo previamente identificados alrededor de TWA 7 mediante observaciones terrestres. El brillo, el color, la distancia a la estrella y la posición dentro del anillo del objeto recién detectado concuerdan notablemente con los modelos teóricos de un planeta joven y frío con una masa similar a la de Saturno, un tipo de cuerpo celeste que se espera que influya significativamente en la estructura de su disco de escombros.

«Nuestras observaciones revelan de manera convincente que se trata de un posible planeta que está modelando la estructura del disco de escombros de TWA 7, y su posición está exactamente donde esperábamos encontrar un planeta de esta masa», declaró Anne-Marie Lagrange, autora principal del estudio y miembro del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS).

Mathilde Malin, coautora del estudio de la Universidad Johns Hopkins, enfatizó la importancia del hallazgo: «Este observatorio nos permite capturar imágenes de planetas con masas similares a las de los planetas del sistema solar, lo que representa un emocionante paso adelante en nuestra comprensión de los sistemas planetarios, incluyendo el nuestro».

El objeto, provisionalmente denominado TWA 7 b, se presenta como un planeta joven y frío con una masa estimada en torno a 0,3 veces la masa de Júpiter, lo que equivale a aproximadamente 100 veces la masa terrestre o una masa similar a la de Saturno. Su temperatura superficial se calcula en unos modestos 47 grados Celsius (120 grados Fahrenheit). Su ubicación dentro de un hueco en el disco de escombros sugiere una interacción dinámica activa con su entorno.

Los discos de escombros, compuestos por polvo y fragmentos rocosos, son comunes alrededor de estrellas jóvenes y más evolucionadas, aunque su detección es más sencilla en estrellas jóvenes debido a su mayor luminosidad. Estos discos a menudo exhiben anillos o espacios vacíos, cuya formación se atribuye a la presencia de planetas en órbita. Sin embargo, hasta ahora, ningún planeta había sido detectado directamente dentro de un disco de escombros. De confirmarse, este descubrimiento marcaría la primera asociación directa entre un planeta y la configuración de un disco de escombros, e incluso podría ofrecer la primera evidencia observacional de un «disco troyano», una acumulación de polvo atrapado en la órbita del planeta.

TWA 7, una joven estrella enana roja ubicada a unos 34 años luz de distancia en la asociación estelar de TW Hydrae y con una edad estimada de 6,4 millones de años, se convirtió en un blanco privilegiado para las observaciones del Webb gracias a su disco casi de frente y la alta sensibilidad del telescopio en el infrarrojo medio.

Estos resultados subrayan la capacidad sin precedentes del Webb para investigar planetas de baja masa previamente invisibles alrededor de estrellas cercanas. Futuras observaciones buscarán refinar las propiedades del posible planeta, confirmar su naturaleza planetaria y profundizar nuestra comprensión de los procesos de formación planetaria y la evolución de los discos en sistemas jóvenes.

Estas observaciones se enmarcan dentro del programa de observaciones científicas 3662 del Webb. El telescopio espacial James Webb se dedica a desvelar los misterios de nuestro sistema solar, explorar mundos distantes alrededor de otras estrellas y sondear las enigmáticas estructuras y orígenes del universo, así como nuestro lugar en él. Es un programa internacional liderado por la NASA en colaboración con la ESA (Agencia Espacial Europea) y la CSA (Agencia Espacial Canadiense).

Con información de James Webb Space Telescope

By Danny Ayala Hinojosa

Director de Ciencia1.com Apasionado por la ciencia y la tecnología, los viajes y la exploración de ideas en general. Profesional en Tecnologías de la Información, especialización en aplicaciones web y análisis de datos, con años de experiencia en desarrollo de aplicaciones web, y hoy emprendiendo en periodismo digital. SAS Programming certificate. Coleccionista de antigüedades y restaurador de muebles en los ratos libres, prefiero café y chocolate y una tarde de ligera lluvia junto al bosque.