Medusa Atolla reynoldsi. Imagen: Rob Sherlock.

Una expedición oceanográfica en el Atlántico ha revelado el descubrimiento de una nueva especie de medusa bioluminiscente, bautizada como Atolla reynoldsi.

Este hallazgo, publicado en la revista Journal of the Ocean Science Foundation, ha sido posible gracias a la observación de un ejemplar único a una profundidad de 1.000 metros en la Fosa de Puerto Rico. La nueva especie se distingue por su inusual patrón de tentáculos, que la diferencia de otras medusas del género Atolla, conocidas por su bioluminiscencia y su distribución en las profundidades marinas de todo el mundo.

La Atolla reynoldsi presenta un tamaño considerablemente mayor al de sus parientes cercanos, con un cuerpo que puede alcanzar hasta 15 centímetros de diámetro. Su característica más distintiva es un único tentáculo “rastreador” más largo que el resto, que se cree utiliza para capturar presas o detectar depredadores. Además, posee un patrón de campana ligeramente diferente y un número mayor de órganos reproductivos (gónadas) que otras especies de Atolla.

Al igual que el resto de medusas Atolla, sería capaz de emitir luz. Este mecanismo, común en las profundidades marinas, es crucial para la comunicación, la defensa y la caza en un entorno donde la luz solar no penetra. La medusa fue avistada en la Fosa de Puerto Rico, una de las zonas más profundas del Atlántico, lo que sugiere una adaptación a condiciones de alta presión y oscuridad total.


Posibles aplicaciones prácticas y futuras investigaciones

El estudio de la Atolla reynoldsi y su singular bioluminiscencia podría tener diversas aplicaciones prácticas:

  • Biomedicina y biotecnología: Los mecanismos moleculares de la bioluminiscencia de esta medusa podrían ser una fuente de nuevas proteínas fluorescentes o enzimas con aplicaciones en investigación médica (como marcadores celulares), biosensores o incluso en el desarrollo de nuevas terapias.
  • Desarrollo de materiales: La capacidad de la medusa para generar luz sin calor podría inspirar el desarrollo de tecnologías de iluminación más eficientes energéticamente.
  • Oceanografía y exploración: El estudio de cómo esta especie se adapta a las extremas condiciones de la Fosa de Puerto Rico podría proporcionar información valiosa para el diseño de vehículos submarinos autónomos y sensores capaces de operar en ambientes hostiles.
  • Conservación: La identificación de nuevas especies en las profundidades subraya la necesidad urgente de proteger estos ecosistemas frágiles de la explotación humana y el cambio climático.

Los científicos planean realizar futuras expediciones a la Fosa de Puerto Rico para buscar más ejemplares de Atolla reynoldsi y estudiar su comportamiento, reproducción y rol ecológico en el ecosistema abisal.

Con información de Journal of the Ocean Science Foundation

By Danny Ayala Hinojosa

Director de Ciencia1.com Apasionado por la ciencia y la tecnología, los viajes y la exploración de ideas en general. Profesional en IT: aplicaciones web y análisis de datos. Hoy emprendiendo en periodismo digital.