Una curiosa nueva especie de serpiente, la Leptophis mystacinus, ha sido descubierta en la ecorregión del Cerrado brasileño.
A diferencia de otras serpientes loro, esta especie no venenosa se distingue por una franja negra que le cruza los ojos, extendiéndose a lo largo de su cuerpo, un rasgo que le ha valido el nombre de “bigote”, ya que mystacinus deriva de la palabra griega mystax que significa bigote.
Este reptil, que puede medir hasta 86 centímetros, presenta dos franjas verdes a los costados separadas por una línea amarillenta en su columna, conservando la coloración vibrante característica de las serpientes loro.
Según los expertos, la Leptophis mystacinus depende de formaciones forestales específicas que se encuentran amenazadas por la devastación del Cerrado, lo que subraya la importancia de su conservación. Aún no se han realizado estimaciones poblacionales de esta nueva especie.
A diferencia de sus parientes en el Amazonas, como la Corallus batesii, que suelen ser de mayor tamaño y pueden compararse con la boa constrictora o la anaconda, la Leptophis mystacinus es considerablemente más pequeña.
Esta serpiente al estar estrechamente ligada a las formaciones forestales específicas del Cerrado brasileño, la hace particularmente vulnerable a la deforestación y la degradación del bosque. Debido a su reciente descubrimiento y la falta de estudios a fondo, aún no existen estimaciones poblacionales para la especie, lo que dificulta la evaluación de su estado de conservación. Sin embargo, La principal amenaza para la supervivencia de la especie es la devastación de su hábitat natural, un problema crítico en la región.
Con información de National Geographic

