Zorro Culpeo (Lycalopex culpaeus). Foto: Luciano Massa / inaturalist.orgZorro Culpeo (Lycalopex culpaeus). Foto: Luciano Massa / inaturalist.org

El culpeo andino (Lycalopex culpaeus), a menudo llamado “zorro andino” en Ecuador, es una de las criaturas más emblemáticas de los páramos y valles ecuatorianos.

Sin embargo, este precioso animal con su nombre popular y su apariencia pueden llevar a la confusión: a pesar de ser referido como zorro, e incluso a veces comparado con un lobo, el culpeo no pertenece a ninguno de esos géneros. El culpeo es un fascinante ejemplo de la biodiversidad andina y de la complejidad de la clasificación zoológica.

El culpeo no es un zorro (Vulpes) ni un lobo (Canis)?

La clave para entender la verdadera identidad del culpeo radica en la clasificación científica. Todos los zorros, lobos, coyotes, perros domésticos y culpeos pertenecen a la familia Canidae (cánidos). Dentro de esta gran familia, existen diferentes géneros:

El Zorro “Verdadero” (Vulpes): Los zorros que conocemos en Europa y Norteamérica (como el zorro rojo, Vulpes vulpes) pertenecen al género Vulpes. Estos zorros suelen ser más pequeños, solitarios y tienen hocicos más afilados.

El Lobo (Canis): Este género incluye al lobo gris (Canis lupus), los coyotes y los perros domésticos. Son típicamente grandes, gregarios (viven en manadas) y tienen estructuras corporales y estrategias de equipo adaptadas para la caza de grandes presas.

El Culpeo (Lycalopex) nuestro mal llamado “zorro andino” pertenece al género Lycalopex, que significa “zorro-lobo” en griego, una descripción que capta perfectamente su naturaleza intermedia.

Características intermedias del culpeo

Zorro Culpeo (Lycalopex culpaeus). Foto: Luciano Massa / inaturalist.org
Zorro Culpeo (Lycalopex culpaeus). Foto: Luciano Massa / inaturalist.org

El culpeo (Lycalopex culpaeus) se clasifica por separado porque, aunque se parece a un zorro, es más grande y robusto, acercándose más al tamaño de un coyote o un perro mediano. Morfológicamente, posee características que lo distinguen:

Tamaño y Estructura: Es el segundo cánido más grande de Sudamérica, después del lobo de crin (Chrysocyon brachyurus) que tampoco es un lobo. Su cuerpo es más musculoso y su cabeza más ancha que la de los zorros verdaderos.

Comportamiento: A diferencia de los zorros solitarios, el culpeo puede encontrarse en parejas o en pequeños grupos familiares, mostrando una estructura social más compleja, aunque no forman las grandes manadas de los lobos.

Dieta: Es un animal omnívoro y oportunista. Si bien su dieta incluye roedores, aves y lagartijas (dieta similar al de un zorro), también caza presas de mayor tamaño como venados y consume una cantidad significativa de frutas y carroña, una dieta más variada que el lobo típico.

Un habitante esencial del páramo

Lycalopex culpaeus. Foto: Ariel Cabrera Foix / iNaturalist.org
Lycalopex culpaeus. Foto: Ariel Cabrera Foix / iNaturalist.org

En Ecuador, el culpeo es un habitante vital de los ecosistemas andinos, desde los páramos altos hasta los bosques montanos. Su pelaje denso y rojizo con patas grises le permite camuflarse y soportar las bajas temperaturas y la radiación solar intensa de las alturas.

Como depredador en la cúspide de su nicho, el culpeo juega un papel crucial en el control de poblaciones de roedores y en la dispersión de semillas, contribuyendo a la salud y el equilibrio del páramo. Sin su vital aporte los páramos enfretarían un exceso de consumo de los escasos pastos de altura, por ende desecación y erosión del suelo.

A pesar de su importancia ecológica, el culpeo enfrenta amenazas significativas en Ecuador, principalmente la pérdida de hábitat debido a la expansión agrícola y ganadera, y la persecución directa por parte de los pobladores locales que lo perciben erróneamente como una amenaza para el ganado menor.

Su verdadera identidad, ni zorro ni lobo, sino un cánido único del género Lycalopex, es un recordatorio de la riqueza evolutiva de la vida silvestre de los Andes, y subraya la necesidad de proteger a esta especie esencial y a los frágiles ecosistemas que habita.

By Danny Ayala Hinojosa

Director de Ciencia1.com Apasionado por la ciencia y la tecnología, los viajes y la exploración de ideas en general. Profesional en IT: aplicaciones web y análisis de datos. Hoy emprendiendo en periodismo digital.