Un estudio reciente revela que el reverdecimiento global de la vegetación impulsa cambios con beneficios notables para los ecosistemas y la gestión de los recursos hídricos.
Un estudio reciente publicado en la revista Communications Earth & Environment basado en datos de satélites, reanálisis y modelos de sistemas terrestres destaca cómo el aumento en la cobertura vegetal en las últimas cuatro décadas ha fortalecido el ciclo hidrológico, contribuyendo a la conservación del suelo y al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
El reverdecimiento, observado en el 65.82% de las áreas vegetadas del planeta entre 1982 y 2020, se debe principalmente al cambio climático y la fertilización por CO₂. Este fenómeno actúa como un “reservorio natural de agua”, regulando la precipitación y la evapotranspiración para mantener el equilibrio hídrico. En regiones húmedas como el sureste de China, el aumento en la vegetación ha generado más precipitación, compensando las pérdidas por evapotranspiración y mejorando la conservación de la humedad del suelo. Esto no solo mitiga los impactos de las sequías, sino que también fortalece la salud de los ecosistemas, promoviendo una mayor biodiversidad y resiliencia frente a eventos extremos como inundaciones y olas de calor.
Los investigadores, liderados por Yongchang Liu del Instituto de Ecología y Geografía de Xinjiang de la Academia China de Ciencias, integraron datos de múltiples fuentes como NOAA, GIMMS, MODIS y GOSIF para mapear estas dinámicas. En áreas como el centro de Norteamérica, la Península India y el suroeste del Desierto del Sahara, el reverdecimiento ha mostrado patrones positivos, con un 22.74% a 34.68% de las zonas exhibiendo un aumento en la humedad del suelo gracias a la vegetación. Esto es particularmente beneficioso en ecosistemas de praderas y cultivos, donde la sensibilidad a la transpiración vegetal (entre 42% y 82%) permite una mejor retención de agua, apoyando la agricultura sostenible y la expansión racional de cultivos.
Además, el estudio proyecta que bajo escenarios futuros de cambio climático (hasta 2100), el reverdecimiento persistirá, exacerbando positivamente el ciclo del agua en muchas regiones. Modelos de Sistemas Terrestres (ESM) indican que el Producto Primario Bruto (GPP) aumentará, lo que podría mejorar la capacidad de los suelos para almacenar agua en latitudes altas y zonas húmedas. Estos hallazgos subrayan la importancia de priorizar la capacidad de carga de la humedad del suelo en estrategias de restauración ecológica, especialmente en áreas vulnerables como Asia Central y África Central, donde el reverdecimiento puede mitigar la sequía y promover la seguridad ecológica.
Expertos destacan que estos resultados ofrecen referencias críticas para políticas globales, como la restauración de ecosistemas degradados y la gestión del agua. “El reverdecimiento no solo combate el cambio climático, sino que también impulsa un futuro más verde y sostenible”, afirma Yaning Chen, coautor del estudio. Con un enfoque en los aspectos positivos, este avance científico invita a gobiernos y comunidades a invertir en iniciativas de reforestación y conservación que maximicen los beneficios hidrológicos.
Con información de Nature Climate Change

