Un golpe devastador para la economía ecuatoriana, el temido hongo Fusarium Oxysporum f. sp. cubense Raza 4 Tropical (Foc R4T) podría haber cruzado las fronteras e infiltrado el corazón del país exportador de banano.
Autoridades alertron esta mañana sobre el primer posible brote en una finca bananera del cantón Santa Rosa, en la provincia de El Oro, un epicentro de la producción ecuatoriana de banano. El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Danilo Palacios, lo describió como “una bomba de tiempo” que podría arrasar con miles de hectáreas y poner en jaque a más de 300.000 familias dependientes del sector.
Este patógeno invisible, apodado “el asesino del banano”, no es un invasor cualquiera. Sobrevive en el suelo hasta por 30 años, obstruye el sistema vascular de las plantas y las marchita hasta la muerte, sin que existan fungicidas efectivos para combatirlo. Originario de Asia, ha devastado plantaciones en 23 países, desde Colombia y Perú –vecinos inmediatos de Ecuador– hasta Venezuela, donde brotes en 2023 ya causaron pérdidas. Ahora, con su llegada a Ecuador, expertos de la FAO advierten que el 50% de las zonas agroclimáticas favorables en Guayas y Los Ríos –las principales provincias productoras– están en riesgo muy alto de propagación rápida a través del agua de riego, el suelo contaminado y hasta el calzado de los trabajadores.
Ecuador produce el 30% del banano exportado globalmente, valorado en miles de millones de dólares. Sin medidas emergentes podría perder hasta el 80% de la cosecha Cavendish, la variedad estrella que domina la exportación ecuatoriana. El impacto no se limita a los campos: el sector bananero genera más de 2 millones de empleos directos e indirectos, y una crisis como esta podría disparar el desempleo rural, agravar la pobreza en regiones costeras y desestabilizar la balanza comercial del país, ya golpeada por la pospandemia.

La detección en Santa Rosa, una pequeña finca de productores locales, activó de inmediato el Estrategia Nacional de Prevención contra Foc R4T, aprobada por el COE Nacional en 2022. Agrocalidad ha impuesto cuarentenas estrictas, destrucción de plantas infectadas y pruebas masivas en fronteras con Perú, donde el hongo se confirmó en Piura hace apenas meses. Sin embargo, la propagación es “altamente contagiosa”, advierten científicos: el hongo viaja por vectores como el escarabajo Cosmopolites sordidus y el drenaje de agua, convirtiendo cada gota en un posible vector de destrucción.
En un intento desesperado por contener la amenaza, Ecuador acelera la importación de variedades resistentes como la GAL y Formosana 218, desarrolladas en Israel y probadas en laboratorios locales. Pero el tiempo apremia: “Sin una respuesta global y coordinada, el Fusarium R4T podría cruzar el Atlántico y amenazar a toda Latinoamérica”, alertó Gabriel Rodríguez, secretario ejecutivo de la Alianza Global contra Fusarium R4T del IICA.
El gobierno declara estado de alerta fitosanitaria en las provincias bananeras y convoca a una cumbre regional con Colombia y Perú para blindar fronteras. ¿Podrá Ecuador detener al “asesino silencioso” antes de que devore su principal fuente de divisas? El mundo observa con el aliento contenido, mientras el banano pende de un hilo. La batalla por salvar la cosecha ha comenzado, y el reloj no perdona.
Con información de Agencias

