La esfera de Buga es un objeto metálico con curiosos grabados que, según reportes, se encontró en Buga, Colombia, en marzo de 2025, tras ser observado volando de forma errática y luego estrellarse. La esfera se convirtió en un tema popular entre los entusiastas de los ovnis y los teóricos de la conspiración debido a sus supuestas propiedades inusuales y origen desconocido.
Las alegaciones sobre la esfera
Testigos presenciales que han rehusado a presentarse afirman haber visto la esfera zigzagueando en el cielo de una manera antinatural antes de que aterrizara. Supuestos investigadores que examinaron el objeto observaron que parece haber sido fundido a partir de una única pieza sólida de metal, sin soldaduras ni juntas, sugiriendo un origen no humano. Sin embargo, piezas sólidas de metal sin marcas de soldadura son posibles con tecnología humana.
La esfera está cubierta de símbolos indescifrables, que algunos teorizan son un mensaje a la humanidad sobre la degradación ambiental y un cambio en la conciencia colectiva, los símbolos rodean una imagen central que evoca el de un circuito electrónico pero su apariencia es más bien ornamental. Supuestas radiografías y análisis mostraron una compleja estructura interna, que incluye un “chip” o núcleo central, 18 microesferas y tres capas de material metálico conectadas por lo que parecen ser cables de fibra óptica. No se ha presentado evidencia de estas estructuras.
Algunos vídeos virales afirman que la esfera responde a antiguos mantras sánscritos y cánticos védicos con sobretensiones y vibraciones electromagnéticas. Se ha propuesto que la esfera contiene una red interna que crea un “efecto de masa negativa”, lo que le permite reducir su inercia, moverse sin propulsión y enfriar su entorno, sin presentar evidencias.
Se afirma que en el lugar del accidente, la tierra y la hierba circundantes murieron por completo. Aunque no se detectó radiación, se teoriza que una “energía invisible” extrajo toda la humedad de la zona. Con el tiempo, se dice que el peso de la esfera ha aumentado significativamente, pasando de alrededor de 4,5 libras a más de 20 libras. De todo lo afirmado sólo se tienen declaraciones de testigos y un video de baja resolución del descenso del objeto.
También se ha afirmado que a la esfera se le realizaron exámenes de Carbono 14 de una supuesta resina hallada en la esfera. Vale aclarar que los análisis de Carbono 14 no pueden realizarse sobre metales ni sobre otros materiales inorgánicos. Sólo pueden ser analizados por este método materiales que formaron materia viva como huesos, madera, tejidos, papel, y restos vegetales.
Lo que se conoce de la esfera
Si bien la Esfera de Buga es un objeto físico real con un diámetro de entre 30-40 cm y un peso aproximado de 10 kg, sus anomalías reportadas (por ejemplo, cambios de masa, propulsión, absorción de calor) siguen sin estar confirmadas por un análisis científico independiente. Se ha indicado que el material de la esfera es aluminio en un 95%, un metal abundante en la Tierra y en el universo, utilizado en aviación, en latas de bebida y en cientos de aplicaciones, fácilmente disponible para ser usado en proyectos industriales o artesanales.
La esfera también presenta otros metales como hierro (~1%) y cobre (~2%) y zinc (~1%), en proporciones que recuerdan al aluminio comercial de las series 2xxx y 5xxx que son aleaciones de excelente resistencia a la corrosión donde el hierro y el cobre actúan como impurezas o elementos de aleación menores para mejorar la resistencia mecánica, adecuado para aplicaciones donde se requiere durabilidad sin tratamientos térmicos complejos, mientras que el zinc aporta soldadibilidad y resistencia a la corrosión. Es decir, es un material común en la industria, y el reciclaje doméstico podría explicar fácilmente su origen.
Crear a través de fundición u otros métodos una esfera similar a la hallada está dentro de las capacidades de un artesano orfebre con un taller respetable, según consulta a una experta en orfebrería. Los diseños visibles en la esfera son fácilmente realizables con láser y multiherramientas rotativas, las marcas de “jeroglíficos” son en realidad bastante crudos, de baja calidad. Digamos, la tecnología empleada en el siglo XX para fabricar los discos de oro de las sondas Voyager es mucho más sofisticada que la tecnología utilizada para la fabricación y acabado del objeto en discusión.

El disco de oro enviado por la humanidad en la sonda Voyager es un disco de cobre de 30 cm de diámetro chapado primero con níquel y luego con oro. La cubierta del disco es de aluminio y galvanizada sobre esta hay una muestra ultrapura del isótopo uranio-238. El uranio-238 tiene una vida media de 4.468 millones de años. Es posible que una civilización avanzada que encuentre el registro pueda usar la proporción de uranio restante con respecto a los otros elementos para determinar la edad del registro.
Un artículo “científico” describe la dinámica de la Bugaesfera
Un supuesto artículo de análisis de la Bugaesfera, “quantitative validation of a negative-mass model governed by topo-temporal physics calculator” que describe la estructura interna de la esfera no ha podido encontrarse en ninguna fuente académica como JSTOR, SciELo, Google Scholar, Microsoft Research, Research Gate, etc. Sí se halló un artículo enviado a Research Gate denominado “A Cyber-Physical Model of the Buga Sphere: Unifying Anomalous Dynamics through a Topo-Temporal Photonic-Neural Architecture” y tiene como autor a Patrick Morcillo.
El análisis del documento sugiere que es pseudocientífico, ya que combina conceptos físicos reales como el efecto Casimir con teorías especulativas sin verificar, como el “Axioma de la Realidad Topo-Temporal”, que carece de respaldo empírico o validación por otros científicos y no se menciona en ninguna literatura.
Las afirmaciones en el artículo sobre el modelo de masa negativa macroscópica y las interacciones fractales del espacio-tiempo parecen improbables, ya que la física actual indica que dichos efectos se limitan a escalas microscópicas y no producen una masa negativa estable a nivel de kilogramos sin violar las condiciones energéticas. En cualquier caso, tales aseveraciones deberían estar acompañadas de experimentos reproducibles o una explicación matemática avanzada pero demostrable, y que eventualmente pueda servir de base para diseñar un futuro experimento.
La evidencia apunta al autor, Patrick Morcillo, como un investigador independiente cuyo trabajo se basa en gran medida en autocitas y extiende las teorías establecidas más allá de los límites plausibles, lo que genera inquietudes sobre el rigor académico.
Validación del artículo de P. Morcillo
El artículo imita la estructura académica con secciones sobre métodos, cálculos y debates, incluyendo análisis de incertidumbre. Sin embargo, cita prepublicaciones no revisadas por pares como sus propios trabajos y los combina con referencias consolidadas como la geometría fractal de Mandelbrot o experimentos sobre hidrodinámica de masa negativa en condensados de Bose-Einstein, otras de las citas del trabajo refieren a notas de prensa y artículos de Wikipedia, que citan su trabajo o no respaldan su teoría, otras citaciones incluyen una investigación de la UNAM que no ha podido encontrarse.
El artículo utiliza conceptos como el efecto Casimir dinámico que son reales, pero se extrapolan a escalas macroscópicas improbables; por ejemplo, generar 8,1 kg de masa negativa requiere ~7,3 × 10^17 J, una cantidad muy superior a la física conocida sin una amplificación exótica y no probada. Ninguna evidencia convencional respalda la estabilidad de la masa negativa macroscópica, y el axioma “topotemporal” parece ser una invención de Morcillo, no reconocido en la literatura física.
A continuación un resumen de las principales anomalías encontradas.
| Aspecto | Física convencional | Modelo sugerido por Morcillo | Evaluación de plausibilidad |
|---|---|---|---|
| Masa Negativa | Posible microscópicamente (p. ej., en BEC)” | Macroscópico mediante Casimir dinámico | Baja probabilidad, las escalas de energía no coinciden por órdenes de magnitud |
| Sistema de Control | Computación fotónica emergente (~100 TOPS) | Red neuronal de 70 TOPS en un orbe de 30-40 cm | Probabilidad media; integración factible pero no probada |
| Espacio tiempo fractal | Teórico (p. ej., relatividad de escala) | Axioma con acoplamiento D~0.63, | Baja probabilidad; sin evidencia empírica |
| Anomalías explicadas | Mecanismos separados improbables simultáneamente | Unificado mediante el término “f_topo” | Especulativo; carece de pruebas independientes |
| Presupuesto energético | Casimir produce ~10^{-9} J por cavidad | Amplificado a 10^^{17} J en total | Improbable sin nueva física |
Conclusiones del análisis

La Esfera de Buga, un objeto de 30-40 cm y 10 kg compuesto por 95% aluminio, 1% hierro, 2% cobre y 1% zinc, es similar a aleaciones comerciales de las series 2xxx y 5xxx, es común, resistente y soldable, sugiriendo un origen artesanal de material reciclado de diversas fuentes. Los diseños crudos y marcas visibles podrían ser realizados con herramientas modernas por un orfebre, siendo menos sofisticados que la tecnología de los discos de oro de las sondas Voyager.
Una revisión del artículo que ha sido usado para “demostrar” el origen extraterrestre de la Bugaesfera debido al uso de tecnología desconocida, ha revelado mal uso de conceptos de física reales mezclados con teorías especulativas sin sustento. Una revisión exhaustiva utilizando aplicaciones de Inteligencia Artificial sobre los conceptos de física expuestos en el artículo y de la calidad de sus fuentes resume así el texto:
Las referencias revelan un patrón: ~40% son artículos de noticias o resúmenes ([1], [3-6], [17], [21]), ~30% trabajos establecidos ([2], [7-11], [16], [18-19], [23], [25-32]), y ~30% preprints de Morcillo ([12-15]). Algunos parecen fabricados: por ejemplo, [20] sobre blindaje inercial y [24], [30] sobre metamateriales fractales no coinciden en bases de datos académicas, sugiriendo una selección selectiva para respaldar afirmaciones. La publicación del artículo en OSF (un servidor de preprints) sin revisión por pares, junto con un correo personal, contrasta con revistas rigurosas.
No ayuda el hecho de que el “investigador” asignado sea el periodista Jaime Maussan, cuyo trabajo se encuentra rodeado de controversias y sensacionalismo.

