Investigadores han descubierto que la combinación de dos medicamentos existentes, el pemafibrato y el telmisartán, es altamente efectiva para revertir la acumulación de grasa en el hígado.
Una nueva esperanza se cierne sobre el tratamiento del hígado graso (o esteatosis hepática), conocido formalmente como Enfermedad del Hígado Graso Asociada a Disfunción Metabólica (MASLD). La combinación de pemafibrato y telmisartán es altamente efectiva para revertir la acumulación de grasa en el hígado. Lo más importante es que esta estrategia permite usar la mitad de la dosis de cada fármaco por separado, reduciendo la posible toxicidad y ofreciendo una solución que ataca tanto los problemas hepáticos como los cardiovasculares asociados a la enfermedad.
El estudio, realizado en ratas y en un modelo de pez cebra, demostró que cada medicamento funciona a través de un mecanismo diferente y complementario. El Pemafibrato ya aprobado para tratar el colesterol alto, actúa activando el receptor PPAR-α en el hígado. Esta activación esencialmente enciende el motor de la célula para aumentar el catabolismo de ácidos grasos (la quema de grasas), reduciendo así la acumulación de lípidos.
Por su parte el Telmisartán comúnmente usado para la presión arterial alta como bloqueador del receptor de angiotensina II, demostró un efecto antiesteatósico que es independiente del PPAR. Su poder reside en que aumenta la expresión de una enzima clave (la PCK1), lo que desvía el flujo metabólico de la fructosa para que se convierta en glucosa, y no en lípidos. En esencia, redirige los azúcares lejos de la producción de grasa.
Beneficios de la terapia combinada
La combinación de ambos medicamentos fue tan efectiva para reducir la acumulación de lípidos en el hígado como cualquiera de los fármacos a dosis completas, pero utilizando solo la mitad de la dosis individual.
Dado que la MASLD es la enfermedad hepática más común a nivel mundial y la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en estos pacientes, esta terapia combinada ofrece una doble ventaja; menos toxicidad, El uso de dosis más bajas reduce el riesgo de efectos secundarios. Tratamiento integral, el telmisartán ya trata la hipertensión, una complicación cardiometabólica clave asociada al hígado graso, mientras que el pemafibrato mejora los triglicéridos.
Estos hallazgos respaldan el “reposicionamiento” (repurposing) de estos medicamentos, que ya tienen un perfil de seguridad conocido en humanos, ofreciendo una estrategia terapéutica prometedora y segura para combatir esta epidemia de salud global.
Con información de Pharmacological Research

