Una investigación identifica la proteína eIF2A como el mecanismo que guía a las células cancerosas a propagarse, abriendo una nueva vía para frenar el cáncer de piel más agresivo.

Un equipo científico del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona ha logrado un avance crucial en la lucha contra el melanoma, el tipo más mortal de cáncer de piel, al identificar la proteína eIF2A como el mecanismo que guía a las células cancerosas a propagarse, abriendo una nueva vía para frenar el cáncer de piel más agresivo. La proteína actúa como el “sistema GPS” de las células malignas.

La investigación, liderada por la doctora Fátima Gebauer, ha descubierto que la proteína eIF2A es fundamental para guiar a las células del melanoma a través de los tejidos, permitiendo la peligrosa propagación o metástasis que reduce drásticamente la tasa de supervivencia.

Generalmente, se creía que la proteína eIF2A solo se activaba bajo estrés celular para iniciar la síntesis de proteínas. Sin embargo, el estudio, publicado en la revista Science Advances, revela un mecanismo completamente diferente en el melanoma:

Las células cancerosas se vuelven dependientes de eIF2A específicamente para migrar creando una dependencia maligna. Los investigadores demostraron que eIF2A se asocia con el centrosoma, una estructura molecular que organiza los microtúbulos y actúa como la “brújula” que orienta a la célula durante el movimiento. La cola de la proteína eIF2A es clave. Actúa como un “andamio” que mantiene en su sitio partes esenciales de la brújula celular, asegurando que las células malignas se muevan en la dirección correcta para escapar del tumor primario. Al eliminar esta cola, la capacidad de movimiento de la célula queda gravemente afectada.

El equipo investigador redujo los efectos de la proteína eIF2A trabajando con líneas celulares de piel humana que diferían solo en su potencial metastático. En las células cancerosas, las esferas tumorales tridimensionales dejaron de crecer y la migración a la placa de cultivo se ralentizó drásticamente. Sin embargo, la fabricación de proteínas apenas se vio afectada.

Lo más prometedor es que esta dependencia de eIF2A solo surge después de la transformación maligna. Esto sugiere una “ventana terapéutica” que podría permitir atacar las células cancerosas sin dañar significativamente los tejidos sanos. La doctora Gebauer afirma que la manipulación de esta proteína “podría ser una nueva estrategia para evitar que el melanoma se libere y esparza tumores en otros lugares”.

Sin embargo, el equipo investigador admite que se necesitan más estudios para ver cómo funciona la alteración del comportamiento de la proteína en tejidos y modelos animales.

El melanoma mata a casi 60.000 personas en todo el mundo cada año pese a representar solo una fracción de los casos de cáncer de piel. El melanoma metastásico tiene una tasa de supervivencia a cinco años de alrededor del 35%, por lo que la comprensión de estos mecanismos de propagación es vital para mejorar los resultados clínicos.

Con información en Science Advances

By Danny Ayala Hinojosa

Director de Ciencia1.com Apasionado por la ciencia y la tecnología, los viajes y la exploración de ideas en general. Profesional en IT: aplicaciones web y análisis de datos. Hoy emprendiendo en periodismo digital.