Un curandero maya realiza un trabajo dental. Imagen: IA / prompt y edición: Danny Ayala Hinojosa. Inserto: Ivan Diaz M.Un curandero maya realiza un trabajo dental. Imagen: IA / prompt y edición: Danny Ayala Hinojosa. Inserto: Ivan Diaz M.

Un reciente estudio realizado sobre tres dientes prehispánicos mayas ha revelado una práctica cultural hasta ahora poco documentada: la incrustación de jade en los dientes en infantes.

Los dientes analizados, que forman parte de la colección del Museo Popol Vuh de la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala, incluyen un incisivo central, un canino superior y un incisivo lateral inferior. Cada uno presenta una incrustación circular de jade en la cara frontal de la corona.

Lo más significativo del hallazgo fue la evidencia obtenida mediante radiografías y tomografías computarizadas de haz cónico (CBCT). Estas técnicas no solo confirmaron que las raíces de los dientes aún estaban en formación, estimando la edad de los individuos entre 7 y 10 años al momento de su muerte, sino que también revelaron una reacción de la dentina en la cámara pulpar de los tres dientes.

Esta reacción fisiológica es crucial, ya que demuestra que los individuos estaban vivos cuando se realizó el procedimiento de perforación para colocar las incrustaciones. El cuerpo reaccionó al estrés mecánico del taladrado, lo que indica que el proceso fue una modificación realizada in vivo.

Una práctica no limitada a los adultos

Tradicionalmente, la bioarqueología había sugerido que las modificaciones dentales mayas, como el limado y las incrustaciones de piedras, se limitaban casi exclusivamente a individuos cercanos a la edad adulta (18 a 20 años). Se pensaba que esperar a la formación completa de los dientes minimizaba el riesgo de dañar la pulpa dental.

Colocar piedras preciosas en los dientes no era visto únicamente como “complemento estético”. Se teorizó que probablemente hacían como un elemento protector para prevenir las caries e infecciones. Sin embargo, la evidencia del estudio no prueba que el jade incrustado en los dientes se utilizara para propiedades curativas.

Este nuevo descubrimiento en los dientes con las raíces incompletas sugiere que la práctica cultural de las incrustaciones de jade podría haberse extendido a individuos mucho más jóvenes de lo que se creía. Este hallazgo único plantea preguntas importantes sobre la edad social y el momento en que los individuos eran integrados a la comunidad adulta o pre-adulta dentro de la sociedad maya.

Con información de Journal of Archaeological Science.

By Danny Ayala Hinojosa

Director de Ciencia1.com Apasionado por la ciencia y la tecnología, los viajes y la exploración de ideas en general. Profesional en IT: aplicaciones web y análisis de datos. Hoy emprendiendo en periodismo digital.