Anna Krylov. Es titular de Cátedra Asociada de Ciencias Naturales de la USC y Profesora de Química en la Universidad del Sur de California.Anna Krylov. Es titular de Cátedra Asociada de Ciencias Naturales de la USC y Profesora de Química en la Universidad del Sur de California.

En octubre de 2025, la comunidad científica internacional se vio sacudida por una carta abierta de la química Anna Krylov, profesora en la Universidad del Sur de California. En ella, Krylov anuncia su ruptura con el grupo editorial Springer Nature —responsable de la prestigiosa revista Nature— acusándolo de abandonar el rigor científico en favor de políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI). Su denuncia ha encendido un debate sobre el papel de la ideología en la ciencia moderna.

Krylov sostiene que Nature ha dejado de priorizar el mérito científico, incorporando criterios identitarios en sus procesos editoriales. Según ella, prácticas como seleccionar revisores por su género o exigir “declaraciones de diversidad de citación” distorsionan el proceso científico. Su frase más provocadora —“¿me invitaron a revisar por mi experiencia o por mis órganos reproductivos?”— resume su crítica: la ciencia, afirma, no puede servir a dos amos, la verdad y la ideología.

Las editoriales científicas desempeñan un papel clave en la producción de conocimiento: son un pilar de lo que Jonathan Rauch ha denominado “la Constitución del conocimiento” (Rauch, 2025). El papel del editor es ser un embudo epistémico: acepta afirmaciones de verdad en un extremo, pero permite que solo emerjan del otro aquellas que resisten un escrutinio organizado, una función tradicionalmente realizada por un riguroso proceso editorial y de revisión por pares. Este proceso debe estar guiado por el rigor científico y el compromiso de encontrar la verdad objetiva.

Anna Krylov

Este conflicto revela una tensión creciente en el mundo académico: ¿puede la ciencia ser inclusiva sin perder objetividad? Los defensores de las políticas DEI argumentan que ampliar la diversidad de voces en la investigación corrige sesgos históricos y enriquece el conocimiento. Señalan que durante siglos, la ciencia ha estado dominada por hombres blancos occidentales, y que incluir perspectivas distintas puede llevar a descubrimientos más justos y completos.

Sin embargo, los críticos temen que estas políticas se conviertan en filtros ideológicos que comprometan la neutralidad científica. Krylov y otros académicos advierten que evaluar investigaciones por su impacto político o por la identidad de sus autores pone en riesgo la libertad intelectual. En su opinión, la ciencia debe juzgarse por su rigor metodológico, no por su conformidad con agendas políticas.

Krylov señala ejemplos de la debacle de Nature:

Ingeniería social institucionalizada:
Krylov señala que recibió el requerimiento de “se solicita a los editores que se comuniquen intencional y proactivamente con mujeres investigadoras” y se instruye a los autores para que sugieran revisores “teniendo en cuenta la diversidad”. En otras palabras, las elecciones editoriales y la revisión por pares deben guiarse no solo por la competencia investigativa sino también por los atributos demográficos. 

2. Subversión ideológica de las citas bibliográficas
Nature Reviews Psychology  alienta a los autores a practicar la “justicia de citas”, es decir, a realizar ingeniería social en la bibliografía de su manuscrito para promover miembros de grupos de identidad favorecidos, incluso si sus trabajos carecen del mérito o relevancia necesarios. La “justicia de citas” es particularmente dañina porque socava el rigor y la confiabilidad de la investigación publicada. Cuando las referencias se eligen no por su relevancia o calidad científica, sino para promover el trabajo de los grupos de identidad preferidos.

3. Censura institucionalizada 
Nature Human Behavior ha publicado un manifiesto de censura, ahora ampliamente criticado, en el que declaran abiertamente su intención de censurar los resultados de investigaciones legítimas que consideran potencialmente “dañinos” para ciertos grupos. No solo es arrogante que los editores asuman que tienen la experiencia para hacer tales juicios, sino que la práctica es antitética a la producción de conocimiento.


La respuesta oficial de Springer Nature ha sido cautelosa. Aseguran que las declaraciones de diversidad son opcionales y que no afectan el proceso de revisión. Pero para muchos, esta defensa suena evasiva. El prestigio de Nature —fundada en 1869 y considerada un símbolo de excelencia científica— está en juego. Si pierde la confianza de parte de la comunidad académica, el golpe a su reputación sería severo.

Este debate no es nuevo, pero se ha intensificado en una era marcada por polarización cultural. Krylov ha recibido apoyo de figuras como Richard Dawkins, mientras otros la acusan de nostalgia reaccionaria. Lo cierto es que la ciencia está en una encrucijada: ¿debe adaptarse a las demandas sociales o mantenerse fiel a sus principios clásicos?


Políticas DEI en otras revistas

Cell Press
Cell Press ha implementado una política más activa: desde 2020, invita a los autores a incluir una declaración de inclusión y diversidad en sus artículos. Aunque voluntaria, esta práctica ha sido adoptada por alrededor del 40% de los autores.

PLOS (Public Library of Science)
PLOS promueve la inclusión como parte de su misión de ciencia abierta. Ha lanzado políticas para evitar el llamado “parachute research” —investigaciones en comunidades vulnerables sin participación local— y exige transparencia en la colaboración internacional. También ha defendido que la diversidad en el proceso de revisión mejora la calidad del peer review.

Science / CSE
La revista Science y el Council of Science Editors (CSE) han publicado guías para fortalecer la capacidad institucional en DEI. Reconocen que el sesgo —intencional o no— afecta la publicación científica y promueven estándares editoriales inclusivos que consideran diversidad geográfica, institucional, lingüística y de género


La solución no parece sencilla. Algunos proponen crear revistas alternativas centradas exclusivamente en el mérito científico. Otros reclaman más transparencia editorial y una clarificación del peso real de las políticas DEI. Lo que está claro es que esta polémica obliga a repensar el papel de las publicaciones científicas en una sociedad cada vez más preocupada por la calidad del conocimiento.

En última instancia, el desafío es fomentar la ciencia para un mundo diverso sin sacrificar el rigor académico. La ciencia, como actividad humana, está inevitablemente influida por su contexto. La clave está en garantizar que ese contexto no se convierta en dogma ni limite la producción científica discriminando contenidos por la composición genética de sus autores.

Fuentes

  • Krylov, A. (2025). Why I no longer engage with Nature publishing group. hxstem.substack.com..
  • Springer Nature. (2023). Editorial policies and diversity statements. Retrieved from https://www.springernature.com
  • Longino, H. E. (1990). Science as Social Knowledge: Values and Objectivity in Scientific Inquiry. Princeton University Press.

By Danny Ayala Hinojosa

Director de Ciencia1.com Apasionado por la ciencia y la tecnología, los viajes y la exploración de ideas en general. Profesional en IT: aplicaciones web y análisis de datos. Hoy emprendiendo en periodismo digital.