Un estudio publicado en Nature ha revelado que las vacunas de ARN mensajero (ARNm), como las utilizadas contra la COVID-19, podrían mejorar significativamente la esperanza de vida de pacientes con cáncer que reciben inmunoterapia.
La investigación, realizada por científicos estadounidenses, analizó a más de 1.000 personas con cáncer avanzado de pulmón o piel. Los resultados mostraron que aquellos que recibieron una vacuna de ARNm en los 100 días posteriores al inicio de su tratamiento inmunológico tuvieron una tasa de supervivencia un 25% mayor en los tres años siguientes, en comparación con quienes no fueron vacunados.
Las vacunas de ARNm parecen estimular el sistema inmunológico de forma general, ayudando al cuerpo a combatir no solo virus, sino también tumores. Esta activación podría potenciar el efecto de la inmunoterapia, que entrena al sistema inmunitario para reconocer y destruir células cancerosas.
Las inmunoterapias contra el cáncer entrenan al sistema inmunitario para que reconozca y destruya los tumores. Suelen utilizarse en cánceres avanzados, cuando otros tratamientos no han funcionado. Los pacientes con cáncer que recibieron una vacuna basada en el ARNm (por ejemplo, las fabricadas por Pfizer o Moderna) en los 100 días siguientes al inicio de la inmunoterapia evolucionaron mucho mejor que los no vacunados.
La tasa global de supervivencia durante los siguientes tres años de los pacientes con cáncer de pulmón, por ejemplo, fue del 55,7% frente al 30,8%. La vacuna puede haber “acelerado su respuesta al tratamiento”, afirma en un comunicado Andrew Beggs, investigador de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), quien no ha participado en este estudio.
Aunque los resultados son prometedores, varios expertos piden cautela. Algunos señalan que los pacientes vacunados podrían haber estado más sanos desde el inicio, lo que influiría en su evolución. Por eso, los investigadores planean realizar ensayos clínicos más avanzados para confirmar si la vacuna realmente mejora el tratamiento.
Si se valida este hallazgo, podría abrir la puerta a nuevas terapias basadas en ARNm para distintos tipos de cáncer, incluso aquellos que no responden bien a la inmunoterapia tradicional. Elias Sayour, uno de los autores del estudio, sugiere que en el futuro podría desarrollarse una “vacuna universal” para pacientes oncológicos.
Este descubrimiento marca un posible cambio de paradigma en la lucha contra el cáncer, aprovechando tecnologías desarrolladas durante la pandemia para mejorar tratamientos existentes.
Con información de revista Nature
