Un equipo de investigadores israelíes ha desarrollado una innovadora forma de administrar cannabidiol (CBD) directamente al cerebro a través de la nariz, logrando mejoras significativas en los síntomas centrales del trastorno del espectro autista (TEA) en ratas.

Este método utiliza micelas poliméricas, unas diminutas estructuras nanométricas que transportan el CBD de forma segura y eficaz. El CBD es un compuesto no psicoactivo derivado del cannabis, conocido por sus propiedades antiinflamatorias y ansiolíticas. Aunque se ha estudiado como posible tratamiento para el TEA, su baja solubilidad y escasa absorción oral han limitado su efectividad. Para superar este obstáculo, los científicos encapsularon el CBD en micelas hechas con el polímero Pluronic® F127, logrando una formulación estable y altamente compatible con las células nasales humanas.

Al administrar esta nanoformulación por vía intranasal a ratas con síntomas similares al autismo, los investigadores observaron que el CBD alcanzaba el cerebro en solo 20 minutos, con una concentración 27.8% mayor que la obtenida por vía oral, a pesar de usar una dosis tres veces menor. Además, las ratas tratadas mostraron mejoras notables en comportamiento social, ansiedad, actividad motora y comunicación vocal.

“Este enfoque podría revolucionar el tratamiento de los síntomas centrales del autismo”, señala el profesor Avi Avital, uno de los autores del estudio. “La administración intranasal permite una acción más rápida y directa en el cerebro, reduciendo los efectos secundarios sistémicos”.

Los resultados también mostraron que las ratas tratadas por vía intranasal con CBD lograron más recompensas en pruebas de cooperación social, se movieron más rápido en espacios abiertos, vocalizaron más y mostraron menos ansiedad. En cambio, las ratas que recibieron el CBD por vía oral o sin encapsular no mostraron mejoras comparables.

Aunque el estudio se realizó en animales, los hallazgos abren la puerta a futuras investigaciones clínicas en humanos. “Nuestro objetivo es ofrecer una alternativa segura, eficaz y no invasiva para mejorar la calidad de vida de personas con TEA”, afirma el profesor Alejandro Sosnik, coautor del estudio.

Este avance representa una esperanza para miles de familias que buscan tratamientos más específicos y menos invasivos para el autismo. La combinación de nanotecnología y cannabinoides podría marcar un antes y un después en la neurofarmacología moderna.

Con información de BioRxiv

By Danny Ayala Hinojosa

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