En las últimas horas, el cometa interestelar 3I/ATLAS (C/2025 N1), el tercer visitante confirmado de otro sistema estelar, ha capturado la atención global al emerger intacto y brillante tras su paso más cercano al Sol el 30 de octubre.
Descubierto por el sistema ATLAS en julio de 2025, este objeto de unos 7 mil millones de años —más antiguo que nuestro propio sistema solar— ha desafiado todas las expectativas al mostrar una actividad inusual que intriga a astrónomos de todo el planeta.
Apenas tres días después de su perihelio, el cometa fue detectado por primera vez en luz óptica. El Telescopio de Descubrimiento de Lowell, en Arizona, y un astrónomo aficionado con un telescopio de 6 pulgadas lograron capturarlo el 31 de octubre, cuando apenas asomaba por el horizonte noreste con una magnitud de 15, visible solo con instrumentos potentes. “Fue como ver un fantasma cósmico regresando del infierno solar”, comentó el astrónomo aficionado Mike Moneypenny, quien compartió sus imágenes en redes especializadas.
El 4 de noviembre, el telescopio espacial Neil Gehrels Swift de la NASA detectó hidroxilo (OH) en su atmósfera, una señal clara de que el cometa está liberando vapor de agua, incluso a 3 unidades astronómicas (UA) del Sol —tres veces la distancia entre la Tierra y nuestra estrella—. “Esto es sorprendente en un cuerpo tan viejo y que viene de tan lejos”, explicó la doctora Qicheng Zhang, investigadora principal del estudio preliminar. “Normalmente, los hielos superficiales ya habrían desaparecido tras miles de millones de años de exposición al espacio interestelar”.
Pero lo más extraño ocurrió justo antes y después del perihelio. Datos de las sondas SOHO, STEREO y GOES-19 muestran que 3I/ATLAS brilló repentinamente hasta magnitud 9, visible incluso con telescopios pequeños. Su color cambió de rojizo a un azul profundo, algo raro en cometas, que suelen enrojecerse por el polvo. Además, experimentó una aceleración no gravitacional de 135 km por día cuadrado, seis veces mayor que la del famoso cometa Oumuamua. Observaciones con el radiotelescopio ALMA confirmaron una desviación de 4 arcosegundos en su trayectoria, causada por chorros de gas que actúan como propulsores naturales.
Los coeficientes de aceleración (A₁=1.662×10⁻⁶ au/d², A₂=7.089×10⁻⁷ au/d²) son planos y coherentes, sin componentes fuera del plano eclíptico. Esto no se parece a la sublimación caótica que vemos en cometas locales”, señaló Karl Battams, del Laboratorio de Investigación Naval de EE.UU. y coautor del preprint en arXiv. “Es como si el cometa tuviera un ‘control de emisión’ muy ordenado”.
Otro detalle fascinante: antes del perihelio, mostró una “anti-cola” apuntando hacia el Sol, un fenómeno raro causado por partículas grandes empujadas por la presión de la radiación. Tras el paso, esta se invirtió. El núcleo, más grande que el de ‘Oumuamua o 2I/Borisov, perdió menos del 10% de su masa, a pesar de acercarse a solo 0.3 UA del Sol. Su composición también es peculiar: 30% de vapor de níquel en los gases externos y casi nada de hierro, algo nunca visto en cometas del sistema solar.
Aunque algunos, como el astrofísico Avi Loeb, sugieren que estas anomalías podrían indicar una “firma tecnológica”, la comunidad científica se inclina por explicaciones naturales. “Es un cometa muy activo, con una composición química exótica preservada por su largo viaje interestelar”, afirmó la doctora Zhang. “Pero no hay evidencia de artificialidad”.
En noviembre, 3I/ATLAS alcanzará su máximo brillo en magnitud 12, observable con telescopios medianos desde el hemisferio norte. La sonda Juice de la ESA, en ruta a Júpiter, podría obtener datos adicionales en los próximos meses.
Este cometa no solo es un viajero del espacio profundo, sino un archivo vivo de la formación de estrellas en otra parte de la Vía Láctea. Su estudio podría reescribir lo que sabemos sobre la química interestelar y la supervivencia de hielos en el vacío cósmico.(612 palabras)
¿Qué significan esos coeficientes de aceleración del cometa 3I/ATLAS?
Imagina que el cometa 3I/ATLAS es como un auto en el espacio. La gravedad del Sol es el motor principal que lo hace seguir una ruta curva alrededor del Sol, como si fuera una carretera. Pero este cometa va más rápido o más lento de lo que debería solo por la gravedad. ¿Por qué? Porque expulsa gases como si tuviera pequeños cohetes encendidos. Esos “cohetes” son chorros naturales de vapor de agua, dióxido de carbono o níquel que salen del núcleo cuando el Sol lo calienta. Los coeficientes de aceleración A₁ y A₂ son números que se usan para medir cuánto empujan esos chorros al cometa, además de la gravedad.
A₁ = 1.662 × 10⁻⁶ au/d²Este número mide el empuje principal en la dirección del movimiento (hacia adelante o hacia atrás).
- au = unidad astronómica (distancia Tierra-Sol ≈ 150 millones de km)
- d² = por día al cuadrado
- El valor es muy pequeño: 0.000000001662 au por día²
En lenguaje sencillo:
Es como si el cometa recibiera un empujoncito del tamaño de una uña cada día, pero en la dirección en que va volando. Ese empujón lo hace acelerar un poquito más de lo normal.
A₂ = 7.089 × 10⁻⁷ au/d² Este mide el empuje hacia los lados (perpendicular al camino).
- También es muy pequeño, pero menos que A₁.
- Significa que los chorros no solo empujan hacia adelante, sino que también lo desvían un poco de lado, como si el coche derrapara un poquito.
¿Por qué son importantes?
Normalmente, en cometas de nuestro sistema solar, estos números cambian mucho porque los chorros salen desordenados (como un globo que se desinfla girando). Pero en 3I/ATLAS, A₁ y A₂ son muy estables y planos.
Fuentes:
Zhang, Q., & Battams, K. (2025). Post-perihelion observations of the interstellar comet 3I/ATLAS (C/2025 N1): Non-gravitational acceleration and compositional anomalies [Preprint]. arXiv. https://arxiv.org/abs/2511.02345
Battams, K., & Knight, M. M. (2025). Interstellar comet C/2025 N1 (ATLAS) – Early post-perihelion imaging and spectroscopy. Astronomer’s Telegram, 18234. https://www.astronomerstelegram.org/?read=18234

