Científicos han desarrollado una técnica innovadora que promete transformar esta industria y el reciclaje electrónico: un proceso capaz de recuperar oro puro sin recurrir a químicos contaminantes.

La minería del oro ha estado históricamente ligada al uso de sustancias altamente tóxicas como el cianuro y el mercurio, responsables de graves daños ambientales y de salud en comunidades de todo el mundo. Sin embargo, un equipo interdisciplinario de la Universidad de Flinders, en Australia combina química, ingeniería y física para ofrecer una alternativa sostenible. Según el profesor Justin Chalker, líder del proyecto, “este método demuestra que es posible extraer oro de manera segura y eficiente, incluso en materiales complejos como placas de circuito impreso de ordenadores”.

Cómo funciona el proceso

El corazón de la técnica es el uso de ácido tricloroisocianúrico, un compuesto barato y comúnmente utilizado para desinfectar agua. Al activarse con salmuera, este reactivo disuelve el oro de manera rápida y segura. Posteriormente, el metal precioso es capturado por un polímero rico en azufre, diseñado por el equipo australiano.

Este material tiene una afinidad excepcional por el oro, incluso en mezclas con otros metales, lo que permite una recuperación altamente selectiva. Lo más innovador es que el polímero puede descomponerse de forma controlada para liberar el oro y luego reutilizarse, sin generar residuos.

En palabras de Chalker:

“Nuestro enfoque no solo elimina el uso de sustancias tóxicas, sino que también se alinea con los principios de la economía circular, donde los materiales se diseñan para ser recuperados y reintegrados al ciclo productivo”.

Proceso extracción de oro. Gráfico: Chalker, J. M., et al. (2025).
Proceso extracción de oro. Gráfico: Chalker, J. M., et al. (2025).

Impacto ambiental y social

La minería artesanal, especialmente en países en desarrollo, sigue dependiendo del mercurio, responsable de cerca del 37 % de las emisiones globales de este metal tóxico, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El nuevo método ofrece una alternativa viable para estas comunidades, reduciendo riesgos de contaminación en ríos, suelos y aire.

Además, el proceso puede aplicarse en plantas de reciclaje urbano de residuos electrónicos. Una tonelada de placas de circuito impreso puede contener hasta 250 gramos de oro, mientras que en la minería convencional se requieren más de 1.000 toneladas de roca para obtener una cantidad similar. Esto convierte al reciclaje electrónico en una “mina urbana” con un enorme potencial económico y ambiental.

Ejemplos como el de Umicore en Bélgica o iniciativas en Japón, que recuperaron metales de móviles reciclados para fabricar medallas olímpicas, muestran que este tipo de tecnologías pueden escalarse a nivel industrial.

Escalabilidad y futuro

El equipo de Flinders ya colabora con especialistas en Perú y Estados Unidos para adaptar el método a contextos reales de minería artesanal. Gracias a la sencillez de los materiales y la posibilidad de reutilizar el polímero, el proceso es de bajo coste y puede integrarse en diferentes entornos.

Más allá de la recuperación de oro, esta innovación abre la puerta a un cambio de paradigma: aprovechar residuos electrónicos como fuente de materias primas valiosas, reducir la presión sobre ecosistemas naturales y contribuir a la lucha contra el cambio climático.

Publicado en la revista Nature Sustainability.

Medallas de oro fabricadas con oro reciclado. Philip Fong/AFP
Medallas de oro fabricadas con oro reciclado. Philip Fong/AFP

By Danny Ayala Hinojosa

Director de Ciencia1.com Apasionado por la ciencia y la tecnología, los viajes y la exploración de ideas en general. Profesional en IT: aplicaciones web y análisis de datos. Hoy emprendiendo en periodismo digital.