Un estudio internacional, liderado por científicas de Polonia con apoyo de la Universidad de Harvard, ha encendido las alarmas sobre los efectos de los bisfenoles, compuestos químicos presentes en plásticos duros y recubrimientos de latas.
Según la investigación publicada en The Science of Total Environment, la exposición a estas sustancias estaría vinculada con más de 127 millones de casos de obesidad, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico solo en 2024. Los bisfenoles, especialmente el bisfenol A (BPA), se utilizan ampliamente en envases de comida, botellas y latas. Aunque en Europa y América del Norte se han impuesto regulaciones para limitar su uso, la industria respondió con sustitutos como el bisfenol S (BPS) y el bisfenol F (BPF). El problema es que estos reemplazos parecen ser igual de dañinos, e incluso más persistentes en el organismo.
Las investigadoras Marta Jaskulak y Katarzyna Zorena subrayan que “los compuestos de bisfenol representan una carga sustancial y creciente para la salud metabólica mundial”. Su análisis incluyó datos de América Latina, Asia, Europa y América del Norte entre 2000 y 2024, relacionando niveles de bisfenoles en la orina con la incidencia de enfermedades metabólicas. El resultado fue contundente: a mayor exposición, mayor riesgo de obesidad y diabetes.
El costo económico también es enorme. Se estima que los trastornos metabólicos asociados a bisfenoles generaron pérdidas de 1,1 mil millones de dólares en 2024, principalmente por disminución de productividad y cuidados prolongados. Reducir la exposición global a la mitad podría evitar 49 millones de casos y ahorrar millones de dólares al año.
Diferencias regionales
El estudio reveló que Asia concentra casi la mitad de los casos mundiales, mientras que América Latina muestra una tendencia creciente. En Europa, tras la prohibición del BPA en productos como biberones, los niveles de este compuesto bajaron, pero los de BPS y BPF aumentaron un 47 % y 22 % respectivamente. Esto demuestra que sustituir un químico por otro similar no elimina el riesgo.
El doctor Osvaldo Ponzo, profesor de fisiología y biofísica en la Universidad de Buenos Aires, explicó:
“Este nuevo estudio aporta evidencia de que los diferentes bisfenoles podrían aumentar el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, el síndrome metabólico y, más tarde, diabetes. Resulta difícil pensar que modificando parcialmente una molécula se logren evitar sustancialmente los efectos”.
Por su parte, el investigador Enrique Luque, especialista en bisfenol A del Instituto de Salud y Ambiente (ISAL), advirtió:
“Aún no está demostrado totalmente que los sustitutos del bisfenol A sean también disruptores endócrinos. Faltan más investigaciones originales con revisión de pares. El trabajo publicado sugiere una asociación, pero no una relación de causalidad”.
Ambos coinciden en que se necesitan campañas de educación para reducir el uso de productos con bisfenoles y que la industria debe generar sustitutos realmente seguros, no simples variantes de la misma molécula.
Con información de The Science of Total Environment.

