Por primera vez, se ha implantado en el cerebro de dos personas ciegas una matriz de microelectrodos capaz de generar percepciones visuales mediante impulsos eléctricos y, al mismo tiempo, registrar la actividad neuronal para adaptarse en tiempo real.
Un equipo de científicos de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y del Hospital de Alicante ha logrado un avance histórico en el campo de las prótesis visuales, abriendo una nueva puerta hacia la recuperación de una visión funcional en personas con ceguera total. Los participantes del estudio pudieron reconocer patrones complejos, movimientos, formas e incluso algunas letras, algo que hasta ahora parecía inalcanzable.
¿Cómo funciona la prótesis?
El implante está formado por una matriz de 100 microelectrodos insertados en la corteza visual. Estos electrodos envían pequeños impulsos eléctricos que el cerebro interpreta como puntos de luz, conocidos como fosfenos. Lo innovador de este dispositivo es que no solo estimula, sino que también registra las respuestas neuronales generadas, lo que permite ajustar los parámetros en tiempo real.
Gracias a esta retroalimentación, los investigadores pudieron mejorar la claridad y el brillo de las percepciones. Según el equipo, factores como la intensidad de la corriente, la frecuencia de los pulsos o la duración del estímulo influyen directamente en la calidad de los fosfenos.
Eduardo Fernández, director del grupo de Neuroingeniería Biomédica de la UMH, explicó: “Esta tecnología puede ayudar a marcar la diferencia entre percibir un destello y ver el mundo”.
Por su parte, Antonio Manuel Lozano Ortega, investigador del mismo grupo, añadió: “El estudio demuestra que las respuestas neuronales pueden servir para calibrar automáticamente las futuras prótesis visuales, haciendo que estas se adapten de forma más rápida y precisa a cada usuario”.
Ambos coinciden en que este avance sitúa a España entre los líderes mundiales en el desarrollo de prótesis visuales corticales.

Un paso hacia la visión funcional
Aunque los resultados son prometedores, los investigadores advierten que será necesario replicar los experimentos en más participantes para confirmar la generalización de los hallazgos. Además, uno de los desafíos técnicos más importantes es reducir los artefactos eléctricos que aparecen al registrar y estimular con los mismos electrodos.
El equipo ha trabajado con avanzadas técnicas de procesado de señal para minimizar este problema, pero reconocen que aún queda camino por recorrer.
Este trabajo se enmarca en el proyecto CORTIVIS, que ya había demostrado percepciones visuales simples en una primera participante ciega. Con los nuevos resultados, se da un salto cualitativo hacia la posibilidad de devolver parte de la visión a quienes la han perdido.
Los investigadores destacan que este tipo de prótesis no busca reemplazar la visión natural, sino ofrecer herramientas que permitan a las personas ciegas reconocer formas, letras o movimientos, mejorando su autonomía y calidad de vida.
En palabras de Fernández: “Estamos más cerca de que las prótesis visuales pasen de ser un experimento de laboratorio a convertirse en una solución clínica real”.
Con información de Science Advances.
