Un equipo de arqueólogos ha encontrado en el norte de Israel lo que podría ser la evidencia más antigua de producción de vino en la región. El descubrimiento, realizado cerca de la histórica ciudad de Megiddo, abre nuevas preguntas sobre la vida cotidiana, los rituales y el comercio en la Edad del Bronce temprana.

La instalación hallada consiste en un espacio excavado directamente en la roca, diseñado para prensar uvas y recoger su jugo. Según los análisis de datación, su origen se sitúa entre el 3300 y el 3100 a. C., es decir, hace unos 5.000 años. En ese periodo, gran parte del mundo aún no conocía la escritura y las primeras ciudades apenas comenzaban a formarse. Hasta ahora, existían referencias textuales y fragmentos cerámicos que sugerían la presencia de vino, pero nunca se había encontrado una instalación completa tan antigua.

Los investigadores destacan que este hallazgo adelanta varios siglos el inicio de la vinificación en la región y demuestra que el vino tenía una importancia cultural y económica mayor de lo que se pensaba. A su alrededor se encontraron restos de viviendas, lo que sugiere que la comunidad alcanzó un nivel de urbanización más avanzado de lo esperado.

Pero la sorpresa no terminó allí. Junto al antiguo lagar, los arqueólogos hallaron un conjunto de piezas rituales datadas entre 1400 y 1200 a. C. Entre ellas destaca un recipiente en forma de carnero, con una boquilla para verter líquidos —posiblemente vino, aceite o leche— durante ceremonias religiosas. También se encontraron vasijas importadas desde Chipre, jarras locales decoradas y un modelo en miniatura de un templo. Estos objetos estaban cuidadosamente depositados junto a un promontorio rocoso, lo que sugiere que funcionaba como altar al aire libre.

Prensa de vino hallada en Meggido, Israel. Foto: Yakov Shmidov/Israel Antiquities Authority
Prensa de vino hallada en Meggido, Israel. Foto: Yakov Shmidov/Israel Antiquities Authority

Los especialistas interpretan que estas comunidades realizaban rituales fuera de la gran ciudad, probablemente porque no podían acceder al templo principal. Se trataría de una especie de “culto popular” que complementaba las prácticas oficiales de la élite urbana. Para los arqueólogos, encontrar estos objetos completos y en posición de uso es extremadamente raro y constituye una primera visión directa de cómo se realizaban las ofrendas.

El hallazgo refuerza la idea de que la vida religiosa no se limitaba a los templos, sino que coexistían prácticas paralelas en espacios comunitarios. Además, la ubicación del sitio, justo en la ruta hacia la puerta principal de Megiddo, sugiere que estos rituales estaban vinculados al tránsito cotidiano de agricultores y artesanos.

Los investigadores advierten, sin embargo, que la región enfrenta un futuro incierto. La construcción moderna avanza rápidamente y los restos arqueológicos son frágiles. Cada nuevo proyecto implica el riesgo de perder testimonios únicos de nuestro pasado remoto. Por eso, este hallazgo no solo nos cuenta cómo vivieron los pueblos de hace 5.000 años, sino que también nos recuerda lo fácil que es que esas historias desaparezcan para siempre.

En palabras de los arqueólogos, se trata de “una ventana directa a cómo vivían, celebraban y creían las sociedades que existieron milenios antes de las pirámides”. Una pequeña instalación de piedra, acompañada de objetos rituales, que hoy nos permite reconstruir la vida cotidiana y espiritual de los antiguos cananeos.

Con información de Israel Antiquities Authority

Área excavada en Tel Megiddo, Israel. Foto: Assaf Peretz/Israel Antiquities Authority
Área excavada en Tel Megiddo, Israel. Foto: Assaf Peretz/Israel Antiquities Authority

By Danny Ayala Hinojosa

Director de Ciencia1.com Apasionado por la ciencia y la tecnología, los viajes y la exploración de ideas en general. Profesional en IT: aplicaciones web y análisis de datos. Hoy emprendiendo en periodismo digital.