Un equipo de investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) ha descubierto una nueva molécula que podría ayudar a reducir el consumo de alcohol y la motivación por beber.
El compuesto, llamado MCH11, fue probado en ratones y mostró efectos positivos en el control del impulso de beber, además de propiedades ansiolíticas y antidepresivas. Este hallazgo representa un avance importante en la búsqueda de tratamientos más eficaces para el trastorno por uso de alcohol, una adicción que afecta a millones de personas en todo el mundo y causa más de 2,6 millones de muertes al año.
¿Cómo funciona MCH11?
La molécula MCH11 actúa sobre el sistema endocannabinoide, una red de señalización que conecta el cerebro con el resto del cuerpo y regula procesos como el placer, la motivación y el estrés. En personas con adicción al alcohol, este sistema se desequilibra, disminuyendo los niveles de una molécula llamada 2-AG, que está relacionada con la sensación de bienestar.
MCH11 bloquea la enzima que normalmente degrada el 2-AG, lo que permite que esta molécula se mantenga en niveles más altos en el cerebro. Como resultado, los ratones tratados con MCH11 mostraron menos deseo de beber alcohol y menos síntomas de abstinencia.
Uno de los aspectos más interesantes del estudio fue la diferencia en la respuesta al tratamiento entre ratones machos y hembras. Según el catedrático Jorge Manzanares, líder del estudio, “los machos respondieron bien a dosis bajas y medias, mientras que las hembras necesitaron dosis más altas para obtener efectos similares”.
Además, los investigadores observaron que ciertos genes alterados por el consumo de alcohol se normalizaban tras el tratamiento con MCH11, aunque las hembras requerían una dosis mayor para lograr ese efecto.
Abraham Torregrosa, primer autor del estudio, explicó que “hasta un 70% de los pacientes reanudan el consumo de alcohol dentro del primer año de tratamiento”, lo que demuestra la necesidad de nuevas terapias. “Nuestros resultados demuestran que MCH11 actúa sobre los mecanismos del sistema nervioso que ayudan a controlar el impulso de consumir alcohol, pero sin producir efectos secundarios indeseados”, añadió Manzanares.
El equipo también probó una combinación de MCH11 con topiramato, un medicamento ya aprobado para tratar el alcoholismo. “La combinación de ambos compuestos es la más efectiva”, señaló Manzanares, quien destacó el potencial de MCH11 como parte de una terapia personalizada, adaptada a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres.
Aunque los resultados son prometedores, los investigadores advierten que aún queda mucho por hacer antes de que MCH11 pueda usarse en humanos. “Es un paso importante, pero preliminar”, concluyó Manzanares.
Con información de Biomedicine & Pharmacotherapy.
