Ashley Courtney, madre de cuatro hijos y dueña de un gimnasio en Virginia, vivió durante más de un año un verdadero calvario sin saber qué le ocurría. Palpitaciones cardíacas, ronchas dolorosas y erupciones que parecían hiedra venenosa la acompañaban día y noche, incluso durante su embarazo. “Me picaba tanto que sentía que me estaba volviendo loca”, recuerda. Tras visitar a once médicos sin obtener respuestas, llegó a pensar que su vida estaba en riesgo.
El misterio se resolvió gracias a un comentario inesperado: su peluquera le sugirió investigar una enfermedad poco conocida transmitida por garrapatas, el síndrome alfa-gal. Una prueba médica confirmó lo que nadie había sospechado: Ashley era alérgica a la carne y a productos derivados de mamíferos, una condición causada por la picadura de la garrapata Lone Star.
Una alergia mortal y desconocida
El síndrome alfa-gal se caracteriza por reacciones que van desde dolor abdominal y confusión mental hasta choque anafiláctico. Lo más sorprendente es que no solo la carne roja provoca síntomas: productos cotidianos como dulces, medicamentos o cosméticos pueden contener derivados animales que desencadenan crisis. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), hasta 450.000 estadounidenses podrían estar afectados, especialmente en estados del este y sur como Maryland, Virginia y Carolina del Norte.
El caso de Ashley no es aislado. En Nueva Jersey, un piloto falleció recientemente por esta alergia, el primer caso mortal documentado. Otros pacientes relatan que contrajeron la enfermedad en lugares tan comunes como parques o incluso en sus propios patios.
Una vida transformada
Tras el diagnóstico, Ashley adoptó una dieta estricta basada en pollo, pescado, arroz y vegetales. “El bebé nació pequeño porque yo tenía miedo de comer”, confiesa. Hoy, prepara su comida antes de reuniones sociales y revisa minuciosamente los menús de restaurantes para evitar la contaminación cruzada. “Al principio fue deprimente, no quería salir de casa. Te sientes como una carga”, admite.
Su historia refleja la dificultad de convivir con una enfermedad poco reconocida. Durante meses fue tratada como una paciente “estresada” o con problemas dermatológicos menores. “Ojalá los médicos me hubieran tomado más en serio”, lamenta.
Un reto para la medicina
El síndrome alfa-gal plantea un desafío para la comunidad médica. Su diagnóstico suele retrasarse porque los síntomas son variados y se confunden con otras enfermedades. Además, la reacción puede aparecer horas después de consumir carne, lo que dificulta identificar la causa. Investigadores señalan que la sensibilización ocurre por la molécula alfa-gal presente en mamíferos, transmitida al cuerpo humano a través de la saliva de la garrapata Lone Star.
El origen de esta enfermedad ocurre por la respuesta inmunitaria a un carbohidrato llamado galactosa-alfa-1,3-galactosa (alfa-gal), presente en los mamíferos. La sensibilización ocurre tras la picadura de garrapatas, especialmente la garrapata Lone Star (Amblyomma americanum).
Los síntomas de reacciones alérgicas pueden variar desde urticaria, dolor abdominal y confusión mental hasta anafilaxia, una reacción potencialmente mortal.
Las personas afectadas súbitamente se convierten en alérgicas a: carne roja (ternera, cerdo, cordero), lácteos, gelatina y otros productos derivados de mamíferos. A diferencia de otras alergias alimentarias, la reacción no ocurre de inmediato, sino horas después de ingerir carne roja o derivados, lo que dificulta el diagnóstico, el cual se realiza mediante pruebas de sangre que detectan anticuerpos contra la molécula alfa-gal.
Aunque no existe cura definitiva, la prevención y la dieta estricta son las únicas herramientas para controlar la enfermedad. Los especialistas insisten en la necesidad de mayor difusión y capacitación médica para evitar diagnósticos erróneos y salvar vidas.
La garrapata estrella solitaria
La Amblyomma americanum, también conocida como la garrapata estrella solitaria, garrapata de agua del noreste, garrapata pavo y garrapata grillo, es un tipo de garrapata autóctona de gran parte del este de Estados Unidos y México cuya picadura no produce dolor y suele pasar desapercibida, permaneciendo adherida a su huésped durante hasta siete días hasta que está completamente hinchada de sangre.
La hembra adulta de la garrapata solitaria presenta una mancha blanca plateada, algo en forma de estrella, cerca del centro de la porción posterior de su escudo dorsal, de ahí se debe su nombre de lone star tick, por otro lado, el nombre de turkey tick se debe a los pavos salvajes que hospedan a esta garrapata en sus etapas inmaduras.
Esta garrapata es el vector de varios parásitos, como el Ehrlichia chaffeensis, que causa la ehrlichiosis monocítica humana, y Ehrlichia ewingii, que causa la ehrlichiosis granulocítica humana y canina. Su mordedura también puede provocar que un humano desarrolle el síndrome alfa-gal, una alergia a la carne de mamíferos no catárrica. Otros agentes bacterianos causantes de enfermedades aislados de garrapatas estrella solitaria incluyen Francisella tularensis, Rickettsia amblyommii y Coxiella burnetti.
Con información de Apollo Hospitals y Mayo Clinic
Fuentes
- Commins, S. P., & Platts-Mills, T. A. (2013). Tick bites and red meat allergy. Current Opinion in Allergy and Clinical Immunology, 13(4), 354–359. https://doi.org/10.1097/ACI.0b013e3283624560
- Wilson, J. M., Schuyler, A. J., Workman, L., Gupta, M., James, H. R., Posthumus, J., … & Commins, S. P. (2019). Investigation into the α-Gal syndrome: Characteristics of 261 children and adults reporting red meat allergy. Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice, 7(7), 2348–2358. https://doi.org/10.1016/j.jaip.2019.04.045
- Centers for Disease Control and Prevention (CDC). (2023). Alpha-gal syndrome. Retrieved from https://www.cdc.gov/alpha-gal
