El 1 de diciembre de 2025, el Sol emitió una fulguración solar clasificada como X1.9, originada en la región de manchas solares AR4299, según informó el Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Este evento, que alcanzó su pico a las 02:49 UTC, fue acompañado por la eyección de una masa coronal (CME) dirigida hacia la Tierra. Actualmente, se espera que esta CME llegue al planeta entre el 3 y el 4 de diciembre, generando tormentas geomagnéticas de nivel G2, consideradas moderadas en la escala de cinco niveles del NOAA. Este fenómeno, aunque no representa un peligro significativo para la población, podría afectar temporalmente las comunicaciones por radio y los sistemas satelitales, especialmente en regiones polares.
La llamarada solar X1.9, parte del ciclo solar 25, ocurrió en una región de alta actividad magnética que previamente había sido designada como AR4274 antes de rotar hacia el lado visible del Sol. Según los datos del Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, este tipo de erupciones libera una intensa radiación ultravioleta y partículas cargadas que, al interactuar con la magnetosfera terrestre, pueden provocar perturbaciones. Sin embargo, los expertos señalan que este evento no es el más potente del ciclo actual, que ha registrado fulguraciones más fuertes, como una X9.0 en octubre de 2024.
La CME asociada a esta fulguración ha sido clasificada como un “golpe de refilón”, lo que significa que su impacto será limitado en comparación con eyecciones más directas. Las tormentas geomagnéticas de nivel G2, que se prevén para las próximas 48 horas, podrían generar auroras boreales visibles en latitudes más bajas de lo habitual, incluyendo partes del norte de Estados Unidos, Canadá y Escandinavia. El NOAA ha indicado que las mejores condiciones para observar este espectáculo natural se darán bajo cielos despejados y lejos de la contaminación lumínica, con un índice Kp estimado entre 5 y 6.
Aunque las redes eléctricas y los sistemas de navegación podrían experimentar pequeñas interrupciones, el riesgo para la infraestructura crítica sigue siendo bajo, según los modelos actuales.
Los científicos continúan monitoreando la actividad solar, ya que la región AR4299 sigue siendo activa y podría generar más fulguraciones de clase M o X en los próximos días. Este ciclo solar, que comenzó en diciembre de 2019, ha mostrado una actividad superior a las predicciones iniciales, con un aumento notable en el número de manchas solares. Sin embargo, los expertos afirman que eventos como este son parte del comportamiento natural del Sol y no indican un peligro inminente para la vida en la Tierra.
Para quienes deseen seguir el desarrollo de este evento, el NOAA y la NASA ofrecen actualizaciones en tiempo real a través de sus sitios web oficiales. Los entusiastas de la astronomía tienen una oportunidad única para presenciar las auroras, mientras que los operadores de tecnología espacial están tomando medidas preventivas para minimizar cualquier impacto en satélites y comunicaciones.
Con información de National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA)
