
Los riesgos asociados a este volcán son: flujos piroclásticos, flujos de lodo, flujos de lava, caída de cenizas, nubes de gases y avalanchas. Existe también un riesgo en el largo plazo de un colapso del edificio volcánico debido a la inestabilidad de sus empinados flancos superiores.
Flujos piroclásticos. Son mezclas muy calientes (más de 500 ºC) de gases, ceniza y fragmentos de roca que descienden por los flancos del volcán desplazándose a grandes velocidades (más de
100 km/h) arrasando con todo a su paso ocurriendo generalmente de forma súbita e impredecible durante fases eruptivas fuertes y explosivas. Estos flujos son particularmente peligrosos en las quebradas del noroeste y oeste, como en las de Achupashal, Mandur y Juive Grande, donde pudieron alcanzar velocidades de hasta 100 km/h y temperaturas superiores a 300°C. En julio y agosto de 2006, flujos piroclásticos descendieron 1,500 m por la ladera noroeste, causando víctimas, destruyendo infraestructura, aldeas y áreas de cultivo.
Flujos de lava. Son derrames de roca fundida a altas temperaturas originados en el cráter o en los flancos del volcán que descienden a velocidades relativamente bajas. Aunque menos frecuentes, las erupciones históricas han incluido flujos de lava, especialmente de composición andesítica, que pueden dañar áreas cercanas al cráter. Estos flujos son más lentos que los piroclásticos, pero representan un riesgo para las laderas superiores y los senderos de ascenso. Las pendientes abruptas del volcán en su parte superior podría causar el colapso del frente de lava y generar avalanchas de rocas.
Flujos de lodo (lahares). Están compuestos por materiales volcánicos como rocas, piedra pómez, cascajo, arena) mezclados con agua proveniente de cuerpos de agua o de fuertes lluvias. Estos flujos se mueven a velocidades entre 20 a 70 km/h, siguiendo los drenajes naturales. El Tungurahua ha registrado más de 886 lahares entre 2000 y 2011, principalmente en las cuencas de los ríos Chambo, Puela y Pastaza, amenazando a Baños y otras comunidades aguas abajo. Riesgo adicional: La presa de Agoyán, utilizada para generación hidroeléctrica y que se encuentra en el río Pastaza, está en peligro por estos flujos.
Caídas de ceniza y cascajo. Durante las explosiones volcánicas, los gases y el material volcánico son expulsados desde el cráter. Las partículas pequeñas alcanzan mayores alturas, donde son acarreadas por
el viento y finalmente caen a mayor distancia del cráter y podrían afectar áreas muy grandes. Las erupciones del Tungurahua producen columnas de ceniza que pueden alcanzar alturas de entre 1.5 a 10 km sobre el cráter, dependiendo de la intensidad. Estas cenizas se dispersan principalmente hacia el oeste, suroeste y noroeste, afectando áreas como Baños, Pelileo, Ambato y comunidades más alejadas como Riobamba y Guayaquil. La ceniza puede causar problemas respiratorios, dañar cultivos y afectar la infraestructura, como carreteras y sistemas eléctricos. Ejemplo: En agosto de 2006, las erupciones generaron caídas de ceniza significativas que cubrieron miles de hectáreas de tierras cultivadas.
Explosiones y Proyectiles Balísticos. Las erupciones estrombolianas y vulcanianas producen explosiones fuertes, acompañadas de rocas y bloques incandescentes que pueden caer hasta 1-2 km por debajo del cráter. Este riesgo puede poner en riesgo a quienes se acercan al volcán, como montañistas o residentes en las faldas. Así como a la infraestructura turística, residencial y civil desarrollada en los flancos del volcán en su lado norte y noreste.
Gases Volcánicos. El volcán Tungurahua en sus fases eruptivas emite gran cantidad de gases, principalmente vapor de agua, así como de CO2 (dióxido de carbono), SO2 (dióxido de azufre), entre otros. Este riesgo es menor en el volcán Tungurahua, pero se incrementa el riesgo para andinistas si ocurre una emisión de gases con poco tiempo de anticipación.
Avalanchas de escombros. Son enormes deslizamientos de rocas, arena y ceniza, que pueden suceder en un volcán como resultado de la inestabilidad y colapso de sus flancos. El volcán El Tungurahua ha experimentado dos eventos de estas características causados por el colapso del edificio volcánico, uno de estos eventos ocurrió en el periodo Holoceno (reciente) generando avalanchas de escombros de hasta 8 km³. Estudios recientes sugieren que la inestabilidad del flanco oeste, causada por deformaciones relacionadas con el suministro de magma, podría indicar un riesgo futuro de colapso, con potenciales impactos devastadores en un área de más de 30 km².

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Fuentes
Samaniego, P., Le Pennec, J.-L., Barba, D., Hall, M. L., Robin, C., Mothes, P. A., Yepes, H. A., Troncoso, L., & Jaya, D. (2008). Mapa de los peligros potenciales del volcán Tungurahua (3a Edición). IG-EPN/IRD. Escala 1:50.000
“Rapid localized flank inflation and implications for potential slope instability at Tungurahua volcano, Ecuador” by James Hickey, Ryan Lloyd, Juliet Biggs, David Arnold, Patricia Mothes and Cyril Muller, 23 January 2020, Earth & Planetary Science Letters.
Samaniego, P., Le Pennec, J.-L., Barba, D., Hall, M. L., Robin, C., Mothes, P. A., Yepes, H. A., Troncoso, L., & Jaya, D. (2008). Mapa de los peligros potenciales del volcán Tungurahua (3a Edición). IG-EPN/IRD. Escala 1:50.000
Bablon, M., Quidelleur, X., Samaniego, P., Le Pennec, J. L., Lahitte, P., Liorzou, C., … & Hidalgo, S. (2018). Eruptive chronology of Tungurahua volcano (Ecuador) revisited based on new K-Ar ages and geomorphological reconstructions. Journal of Volcanology and Geothermal Research, 357, 378-398.
ERUPCIONES DEL TUNGURAHUA por Bayardo Ulloa .
