Nipponopterus mifunensis dominando los cielos de Japón en el Cretácico. Imagen: IA / Prompt: Danny Ayala Hinojosa

En capas cretácicas del Grupo Mifune, en la prefectura de Kumamoto, Kyushu, se encontró un fragmento de vértebra cervical de una nueva especie que ahora lleva el nombre de Nipponopterus mifunensis.

Este es el primer pterosaurio con nombre propio descubierto en Japón. Este pequeño pero poderoso hueso, redescrito por un equipo de científicos, no solo revela un nuevo taxón, sino que conecta a Japón con un pasado prehistórico lleno de gigantes alados.

Un registro escaso pero valioso

Los pterosaurios, los primeros vertebrados en volar por sí mismos, dominaron los cielos desde el Triásico tardío hasta el límite Cretácico-Paleógeno. Sin embargo, sus esqueletos frágiles, llenos de huesos huecos y delgados, hacen que sus fósiles sean raros y fragmentarios. En el mundo, solo unos pocos sitios excepcionales preservan restos completos, mientras que en la mayoría de los lugares, como Japón, solo se encuentran piezas pequeñas. El registro japonés de pterosaurios es especialmente pobre, con hallazgos limitados a restos como un fémur parcial en Hokkaido o una falange alar en Honshu. Pero cada descubrimiento cuenta, y el Grupo Mifune ha entregado tres especímenes clave, incluido el que ahora lleva el nombre de Nipponopterus.

El fósil en cuestión, catalogado como MDM 349, es una vértebra cervical media de un azhdárquido, un grupo de pterosaurios famosos por incluir a los más grandes voladores de la historia, como Quetzalcoatlus con sus 10-11 metros de envergadura. Originalmente descrito como un hueso genérico de azhdárquido, la falta de conocimiento en ese momento impidió identificar su lugar exacto en la columna o su importancia taxonómica. Sin embargo, años de investigación han revelado más sobre la variación anatómica de estos dinosaurios voladores, permitiendo a los científicos reinterpretar este hallazgo. Ahora, se confirma que es la sexta vértebra cervical y se le ha dado un nombre propio: Nipponopterus mifunensis, un homenaje a Japón y a la región de Mifune.

Conexiones con gigantes lejanos

Pterosaurio fósil hallado en Japón. Imagen: Japan News.
Pterosaurio fósil hallado en Japón. Imagen: Japan News.

Lo más emocionante es que Nipponopterus comparte rasgos con los quetzalcoatlinos, un subgrupo de azhdárquidos, y se parece mucho a un azhdárquido sin nombre encontrado en Mongolia, del mismo período Turoniense-Coniaciense. Un análisis filogenético lo coloca como hermano de este fósil mongol, sugiriendo que estos gigantes alados estaban más conectados de lo que se pensaba. Los azhdárquidos, conocidos por sus cuellos largos y espinas neurales reducidas, fueron los pterosaurios más diversos y extendidos en el Cretácico tardío, y Nipponopterus añade una pieza clave a este rompecabezas global.

Este redescubrimiento no es solo un triunfo para Japón, sino un avance para entender cómo vivían y se distribuían los pterosaurios. Aunque el registro fósil japonés sigue siendo escaso, cada hueso como MDM 349 enriquece nuestra visión de estos fascinantes voladores. Los científicos continúan explorando, y este nuevo taxón promete abrir puertas a más descubrimientos que conecten continentes y épocas.

Con información de Science Direct

By Danny Ayala Hinojosa

Director de Ciencia1.com Apasionado por la ciencia y la tecnología, los viajes y la exploración de ideas en general. Profesional en IT: aplicaciones web y análisis de datos. Hoy emprendiendo en periodismo digital.