Un avance científico ha revelado la existencia de una nueva enfermedad genética, denominada Síndrome de Deficiencia de DIAPH1 (DIAL Syndrome).
Un estudio reciente identifica que esta condición es causada por mutaciones en el gen DIAPH1, lo que interrumpe un proceso fundamental para la estabilidad del genoma: la reparación de las rupturas de doble cadena en el ADN. El hallazgo no solo explica las causas de los déficits clínicos observados en los pacientes, sino que también abre nuevas vías para futuras terapias.
El gen DIAPH1 es crucial para el funcionamiento de una proteína que regula la actina nuclear, una molécula clave en la célula. El estudio demuestra que la actina, junto con otras proteínas, forma “filamentos” dentro del núcleo celular para ayudar a agrupar los sitios de daño en el ADN y facilitar su reparación.
Los investigadores notaron que los pacientes con mutaciones en el gen DIAPH1 presentaban síntomas clínicos que se superponían de manera sorprendente con los de otros síndromes de inestabilidad del genoma, como el Síndrome de Nijmegen y el Síndrome de Varsovia. Esta similitud llevó al equipo a investigar el rol de DIAPH1, confirmando que su deficiencia resulta en una capacidad de reparación del ADN seriamente comprometida. Esta incapacidad de reparar el ADN podría ser la causa subyacente de las manifestaciones clínicas de la enfermedad.
Hacia futuros tratamientos y cuidados
Dado que esta es una enfermedad genética recientemente identificada, aún no existen tratamientos específicos. No obstante, el descubrimiento del mecanismo detrás del Síndrome de DIAPH1 es un paso crucial hacia el desarrollo de intervenciones efectivas.
Los hallazgos sugieren que futuros tratamientos potenciales podrían centrarse en la terapia génica, para corregir la mutación, o en la creación de fármacos que estimulen o compensen la función de la vía de reparación del ADN afectada.
Los pacientes y sus familias deben enfocarse en un diagnóstico temprano y cuidados preventivos. Esto incluye una vigilancia médica constante para gestionar los síntomas a medida que aparecen, como las infecciones recurrentes o los problemas de desarrollo. La información de este estudio podría ayudar a los médicos a identificar a pacientes con síntomas no explicados y a proporcionar una atención más precisa y personalizada.
El estudio subraya la importancia de la investigación genómica para desentrañar el misterio de las enfermedades raras, ofreciendo esperanza para el desarrollo de tratamientos que, hasta ahora, no habían sido posibles.
Con información de revista Nature Communications

