Un equipo internacional de científicos ha logrado un hito en la investigación evolutiva al recuperar secuencias de proteínas de un fósil de rinoceronte de entre 21 y 24 millones de años.
Este logro, detallado en un reciente artículo científico, empuja el límite de la cronología molecular diez veces más allá de la edad del ADN antiguo (aADN) más antiguo recuperado hasta ahora. El descubrimiento se centra en el esmalte dental de un rinoceronte extinto de la especie Epiaceratherium sp., encontrado en el cráter Haughton, en el Alto Ártico de Canadá. La excelente conservación de la muestra en un entorno caracterizado por el permafrost (suelo permanentemente congelado) durante el Mioceno, creó condiciones climáticas que favorecieron la preservación de las biomoléculas a lo largo del tiempo geológico profundo.
Los investigadores utilizaron una técnica conocida como paleoproteómica, el estudio de proteínas antiguas. A diferencia del ADN, que se degrada más rápidamente, las proteínas del esmalte dental, un tejido altamente mineralizado, han demostrado ser increíblemente resistentes, sobreviviendo incluso a la erosión química durante millones de años. El análisis recuperó fragmentos de al menos siete proteínas del esmalte, lo que lo convierte en el proteoma esquelético de mamífero más antiguo reportado.
Nuevas ramas en el árbol genealógico del rinoceronte
La información genética obtenida de estas proteínas ha permitido a los científicos reescribir una parte importante del árbol evolutivo de la familia Rhinocerotidae (rinocerontes).
El análisis filogenético (la determinación de las relaciones evolutivas) sitúa al Epiaceratherium sp. de Canadá como un linaje muy temprano, que divergió antes de la separación de las dos principales subfamilias de rinocerontes: Elasmotheriinae (que incluye al extinto “unicornio siberiano”) y Rhinocerotinae (que incluye a los rinocerontes modernos).
Los resultados sugieren que la divergencia entre Elasmotheriinae y Rhinocerotinae ocurrió más tarde de lo que se creía, probablemente durante el Oligoceno (hace entre 34 y 22 millones de años).
El rinoceronte del cráter Haughton parece ser un migrante del este de Asia o Europa occidental, con vínculos a linajes que surgieron en el Eoceno tardío o el Oligoceno temprano en Eurasia.
En resumen, el estudio destaca el enorme potencial de la paleoproteómica para obtener información evolutiva de fósiles demasiado antiguos para contener ADN conservado, abriendo una nueva ventana al pasado profundo de la vida en la Tierra.
Con información de revista Nature

