Científicos reconstruyeron completamente el genoma de la bacteria Escherichia coli (E. coli), reduciendo su código genético de 64 a solo 57 codones, con más de 101.000 modificaciones en su ADN, dando lugar a una cepa llamada Syn57, radicalmente distinta a cualquier organismo natural conocido.

El código genético es como el lenguaje que usan las células para fabricar proteínas. Normalmente, se compone de 64 codones (combinaciones de tres letras genéticas), pero solo se necesitan unos 20 para construir las piezas básicas de las proteínas. El resto son redundantes. Durante décadas, los científicos se preguntaron si esa redundancia tenía una función oculta o si era simplemente un accidente evolutivo.

Con Syn57, los investigadores en Cambridge han logrado un avance sorprendente en biología sintética: han demostrado que es posible vivir con menos codones. Esto apoya la hipótesis de Francis Crick, quien en los años 60 sugirió que el código genético podría ser una herencia congelada de la evolución, no necesariamente optimizada.

El proyecto tomó cuatro años y requirió una ingeniería genética meticulosa. Los científicos dividieron el genoma de E. coli en fragmentos, reemplazaron los codones redundantes por otros equivalentes y ensamblaron todo de nuevo. En cada etapa, probaron que las bacterias modificadas siguieran vivas y funcionales.

Aunque Syn57 crece más lento que la E. coli natural (tarda cuatro horas en duplicarse frente a una hora como es lo usual en las variantes naturales), su potencial es enorme. Según los investigadores, esta cepa podría ser resistente a virus, ya que muchos bacteriófagos dependen de que la bacteria lea correctamente sus genes. Si el código cambia, el virus no puede infectarla.

Nuevas posibilidades para la biotecnología

Además de la resistencia viral, Syn57 libera codones que podrían usarse para codificar aminoácidos artificiales. Esto permitiría crear proteínas con propiedades inéditas, útiles para fabricar nuevos medicamentos, enzimas o materiales avanzados.

También ofrece ventajas en seguridad biológica. Si una bacteria modificada como Syn57 se libera accidentalmente al ambiente, su código genético alterado impediría que sus genes se mezclen con especies naturales. Sería como hablar un idioma incomprensible para otras bacterias.

Aunque el experimento se centró en una bacteria modelo, los científicos creen que esta técnica podría aplicarse a otros microorganismos e incluso a células más complejas. Reescribir el lenguaje básico de la vida abre puertas a soluciones para problemas ambientales, médicos y tecnológicos.

Este descubrimiento no solo representa una hazaña técnica, sino también una invitación a repensar qué significa “vida” cuando podemos reconstruirla pieza por pieza.

By Danny Ayala Hinojosa

Director de Ciencia1.com Apasionado por la ciencia y la tecnología, los viajes y la exploración de ideas en general. Profesional en IT: aplicaciones web y análisis de datos. Hoy emprendiendo en periodismo digital.