Actividad del volcán Tungurahua

La actividad del volcán Tungurahua del último periodo eruptivo inició en 1999 y persistió hasta 2016 y se caracterizó por explosiones estrombolianas y vulcanianas; emisiones de gases y ceniza; y emisiones de coladas de lava. En Julio y Agosto del 2006 el volcán produjo dos grandes erupciones explosivas con formación de flujos piroclásticos que afectaron principalmente al flanco occidental y sur occidental. La caída de ceniza asociada a estos eventos fue de carácter regional afectando incluso a la ciudad de Guayaquil. Desde entonces el volcán mantuvo episodios de actividad intermitentes con duraciones de pocos días a semanas y pausas en la actividad de hasta 3 meses.

El Tungurahua erupcionó por última vez en febrero de 2016, esta erupción se caracterizó por flujos piroclásticos restringidos a la parte alta del edificio y columnas de ceniza. La erupción duró 19 días y arrojó ~1.5 millones de m3 de material volcánico lo que permite calificarla con un índice de explosividad volcánica 2. Esta erupción fue la última del Tungurahua y dio fin al periodo eruptivo iniciado en 1999.

Actualmente la actividad sísmica es baja y no hay emisiones de gas, por lo que se cree que el volcán ha retornado a la calma. Se estima que el reinicio de la actividad en el futuro presentaría fuertes explosiones vulcanianas, como en Mayo 2010, Diciembre 2012 y Julio 2013; o con explosiones de carácter estromboliano y emisión continua de gases y ceniza.

Recientes investigaciones concluyen que el volcán Tungurahua muestra señales de alerta temprana de un “posible colapso” presentando las características de inestabilidad del flanco, lo que podría resultar en un deslizamiento de tierra colosal. Los investigadores creen que la fuerza motriz que causa esta deformación podría conducir a un mayor riesgo de colapso del flanco, causando daños generalizados en el área local circundante.

Utilizando datos satelitales se observó una deformación rápida del flanco oeste de Tungurahua en 2015, que sugiere que es causada por desequilibrios entre el magma que se suministra y el magma que entra en erupción, mientras que los otros flancos permanecen estables. Se está demostrando que esta deformación puede explicarse por el almacenamiento temporal y poco profundo de magma debajo del flanco oeste. Si este suministro de magma continúa, el gran volumen puede hacer que se acumule tensión dentro del cono volcánico y, por lo tanto, promover una nueva inestabilidad del flanco oeste y su posible colapso.

Fuentes

TUNGURAHUA – Instituto Geofísico – EPN

Rapid localized flank inflation and implications for potential slope instability at Tungurahua volcano, Ecuador” by James Hickey, Ryan Lloyd, Juliet Biggs, David Arnold, Patricia Mothes and Cyril Muller, 23 January 2020, Earth & Planetary Science Letters.